¿A quién le importa el destino de una vida (cualquiera ella sea esa vida, humana o animal) que está en peligro en la otra cuadra o a 20.000 kilómetros de distancia? ¿A quién le importa si los líderes del mundo mienten o dicen la verdad y si los periodistas indagan sobre si lo que se dice es verdad o una vil y deleznable mentira? ¿Le interesa a la población estar informada debidamente, mientras ello se pueda?
Hace unos años el señor Bush y el señor Blair, junto con otros títeres del poder mundial, invadieron Irak con el pretexto de que el ahorcado Sadam Hussein disponía armas de destrucción masivas. Arrasaron los “occidentales y cristianos” con todo un pueblo, lo sumieron en la guerra y luego se supo que lo de las peligrosas armas eran burdas mentiras. El propósito no era más que el petróleo.

Hace unos cuatro años se desató una guerra en Siria. Los rebeldes, se levantaron contra el régimen de Bashar Al-Asad acusado de ser violento, cruel y corrupto. Por supuesto que estas calificaciones cuentan con la aquiescencia de los Estados Unidos de Norteamérica y de otras potencias occidentales y no pocos medios del mundo se hacen eco de las expresiones e ideas de los rebeldes.

Como para muestra basta un botón, leamos el encabezamiento de un diario argentino de hace poco tiempo atrás: “Al menos 5.418 personas fallecieron en los pasados ocho meses en diferentes provincias de Siria en bombardeos efectuados por el Ejército del dictador sirio Bashar al Assad, según los últimos datos publicados este sábado por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos”.

Lo que no se dice es la otra cara del asunto, que podría ser la verdad: los bombardeos del ejército sirio se han hecho en zonas tomada por los rebeldes. Rebeldes que secuestran a mujeres cristianas (o musulmanas que no adhieren a semejante barbarie) las violan; entran a una población y la primer medida es decapitar a una decena de personas, crucificar a otras tantas y luego dar la opción: o se convierten al islam radicalizado (no al verdadero islam) o son masacrados todos. Todo esto, claro, previo a los bombardeos que matan civiles inocentes que efectúan los rebeldes. Esto se calla ¿Por qué?

Me permito hoy reproducir parte de un cable de noticias de la agencia Aleteia (católica) basado en informes de sacerdotes, monjas y laicos que viven y padecen en Siria la acción de los rebeldes

«Después de todas las noticias sobre la persecución de los cristianos, se creó una imagen en el mundo entero de un país islamista radical, intolerante hacia las minorías en general y los cristianos en particular.

Para los que conocíamos Siria y los sirios antes de esta guerra, todos sabemos que este conflicto no es religioso aunque todos los medios de comunicación se han empeñado en darle esta característica.

Los cristianos en Siria, posean una amplitud de derechos en el estado sirio, también garantizados por la constitución (artículo 35.1 “libertad y respeto de todas las religiones”). Existen iglesias repartidas por toda su geografía, en la capital Damasco y en otras ciudades como Alepo, Homs o Hama.

Los cristianos sirios consideran el régimen actual como su protector, y ello se fundamenta en varias razones. La primera es que el mismo presidente, Bashar Al Asad, pertenece a una minoría religiosa, los musulmanes alauitas y por tanto depende del apoyo de otras minorías, incluidos los cristianos, para gobernar un país de mayoría musulmana sunita.

Los cristianos en Siria poseen sus propios tribunales para tratar asuntos civiles como el matrimonio, el divorcio y la herencia. Los colegios, escuelas y centros culturales cristianos son permitidos y bien recibidos por el gobierno sirio.

Sin embargo, es importante saber que la mayoría de las personas que combaten en grupos islamistas radicales no son sirios y algunos ni si quiera hablan el árabe, sino que son mercenarios que penetraron poco apoco en el terreno sirio ayudados y financiados por varios países y grupos de poder que tenían intereses para que esta guerra se estalle.

¿Quién está entre esos países que apoyan a los rebeldes sanguinarios? Norteamérica. Termino diciendo que lo que dice el cable acabo de ratificarlo en una entrevista que le hice a un religioso que sobrevive en Siria ayudando a los que se quedan sin nada «gracias» a los rebeldes «libertadores»