Volvieron los secuestros virtuales a la ciudad. Esta vez el protagonista fue un reportero gráfico local. Su madre recibió un llamado en su domicilio que decía que era su hijo y que debía entregar el dinero de la jubilación. La mujer advirtió la maniobra y colgó el teléfono.

La víctima del supuesto secuestro es un reportero gráfico de la ciudad. A las 6.30 de esta mañana la madre de Enrique recibió un llamado en su domicilio de San Juan y bulevar Oroño.

El llamado decía que era su hijo, y que no podía hablar bien porque estaba muy golpeado. Al mismo tiempo le exigió que entregue el dinero de la jubilación pero la mujer advirtió que no era la voz de su hijo y colgó el teléfono.

En diálogo con El Ciudadano, Enrique dijo que “mi mamá no le creyó, se dio cuenta que no era mi voz, y les colgó”.

Luego la mujer se cruzó a la casa de la vecina y llamó a su sobrina, a su hijo y a la hermana. En consecuencia, relató el reportero: “Esta mañana me despertaron con llamados y todos en la puerta mirando si estaba golpeado”, además de la policía tomando notificación de lo sucedido.

Ante la preocupación que generan estas maniobras delictivas, Enrique agregó que “mi mamá tiene 86 años, ahora tiene miedo de salir a la calle y yo voy tomando conciencia de lo que pasó y la verdad que da mucha impotencia”, concluyó.

Durante el 2015 Rosario se vivió una ola de secuestros virtuales. La modalidad utilizada consistía en llamados en medio de la madrugada pidiendo sumas de dinero a cambio de liberar a un familiar.

El llamado incluía llantos y golpes que hacían suponer al interlocutor que estaban torturando al familiar lo que producía la inmediata entrega de dinero, en algunos casos arrojándolo desde un balcón o depositarlo en algún lugar cercano a la vivienda, según el pedido de los delincuentes.

Tras un arduo trabajo de investigación, capturaron a casi una veintena de personas pertenecientes a la comunidad gitana que se dedicaban a esta modalidad delictiva.

Luego de la entrega del dinero las víctimas constataban que su familiar se encontraba en perfecto estado de salud y no había sufrido ningún secuestro.

En el primer trimestre de este año se registraron un total de 93 secuestros extorsivos en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense y la mitad de estos hechos no fueron denunciados, según un relevamiento de una ONG especializada en la temática.

El estudio también refleja que son mayoría los casos que no se denuncian. «El primer secuestro extorsivo denunciado fue el día primero de enero de 2017. El último que monitoreamos el día 31 de marzo.

Pero entre esos hay 91 más. 46 de ellos no denunciados, toda vez que los secuestradores amedrentan a sus víctimas para que una vez liberadas nunca los denuncien, porque conocen el domicilio y con ellos a su familia.

El análisis de los casos sostiene que Lomas de Zamora fue el distrito más atacado con 19 casos, seguido por Lanús (16), Esteban Echeverría (9), Almirante Brown, Ramos Mejía, Morón (7), Ezeiza, San Justo (5), Ciudadela (1), Isidro Casanova (1), Castelar (1) y Capital Federal (34).