Un hombre fue condenado a siete años de prisión de cumplimiento efectivo por drogar y violar durante unos cinco años a una nena de seis cuando comenzaron los abusos sexuales. El agresor era vecino y amigo de la madre de la víctima, según se pudo determinar durante el proceso.

Este lunes, el tribunal compuesto por Martín Marcovesky, Héctor Rimaro y Mario Gómez le dictó por unanimidad una pena de siete años de prisión de cumplimiento efectivo al agresor de 58 años declarado culpable en julio pasado por el delito de abuso sexual con acceso carnal.

Fuentes judiciales afirmaron que la denuncia fue radicada en el 2014, luego de que la víctima le develara lo sucedido a una tía.

Los abusos se produjeron en la casa del violador, un ciudadano chileno, cuando el hombre la invitaba a su casa o quedaba a su resguardo los días en que la mamá se iba a trabajar.

Según trascendió, los hechos fueron recurrentes durante cinco años en los que violador la hacía fumar marihuana para evitar que la niña se resistiera.

Así, el agresor, que vivía solo y mantenía una buena relación con la madre y el resto de los hermanos de la nena, aprovechaba esas ocasiones para someter a su vecina.

La víctima, que en la actualidad se encuentra bajo tratamiento psicológico, comenzó a mostrar cambios de personalidad luego de los abusos.

En este sentido, la nena empezó a utilizar ropa holgada, se resistía a bañarse e intentaba engordar.

El último abuso sexual fue un punto de inflexión para la víctima, que logró vencer el miedo y contar el calvario que sufría.

Para dictar la sentencia, los jueces tuvieron en cuenta que el agresor abusaba de su confianza para perpetrar las violaciones.

Además, resaltaron como agravante la diferencia de edad y la reiteración, al igual que la extensión del daño en el tiempo.