Millones de franceses eligieron hoy en las urnas a quien será el candidato presidencial de la centro derecha en los comicios de 2017, en unas inéditas primarias que tienen como favoritos al ex presidente Nicolas Sarkozy, a su ex ministro Alain Juppé y a su ex primer ministro, Francois Fillon, y podrían terminar en un ballotage.

A dos horas del cierre de los centros electorales, más de 2,5 millones de ciudadanos ya habían votado, según el comité organizador del partido conservador Republicanos, lo que representa un aumento significativo con respecto a las primarias que realizó el Partido Socialista hace cuatro año, las primeras en su tipo, y en las que en total participaron 2,6 millones de personas.

El presidente comité organizador de Republicanos, Thierry Solere, estimó hoy que más de tres millones de personas podrían participar de la elección del candidato presidencial de la centro derecha, aunque aún no se conoció el porcentaje total que votó del padrón, según la agencia de noticias ANSA.
Entre los primeros en votar estuvieron Sarkozy y Juppé.

El ex presidente fue con su esposa, Carla Bruni, a una escuela de París y, por razones de seguridad, se saltó la cola y votó enseguida. «Esta tarde iré a hacer una hora de footing como cada día», destacó al salir, emanando una imagen de tranquilidad y relajación frente a la prensa.

En cambio, el favorito durante casi toda la campaña, Juppé, tuvo que esperar casi una hora hasta poder votar en Burdeos, una ciudad al suroeste del país.

La de hoy es una cita esencial para las elecciones presidenciales del año que viene porque los sondeos otorgan al postulante de la derecha y el centro muchas opciones de ganar los comicios del 23 de abril y el 7 de mayo del año próximo, frente a una izquierda dividida y una ultraderecha que no logra aglutinar a más de la mitad de los franceses.

En ese contexto, a medio año de las presidenciales, los conservadores cuentan con que las primarias sirvan de plataforma de lanzamiento de su candidato, a imagen de lo que en 2011 sirvió de trampolín al socialista Francois Hollande para alcanzar el Palacio del Elíseo.

Para ello, los conservadores cuentan con que la participación sea importante, incluso superior a los que votaron en las primarias abierta de la izquierda de 2011, el único antecedente que existe de ese tipo y de esa envergadura en Francia.

Hoy todos los franceses mayores de 18 años pueden ir a votar, a condición de pagar una contribución de 2 euros y firmar una carta de adhesión a los valores de la derecha y del centro.
Un trámite que pueden cumplir incluso el mismo día del voto.

Más de 10.200 centros de voto abrieron y cerraron sus puertas hoy y a partir de las 21.00 horas (17 hora Argentina) los organizadores de las primarias cuentan con tener los primeros resultados provisionales, consignó la agencia de noticias EFE.

Hasta 72.000 voluntarios se movilizaron para organizar el escrutinio, que los conservadores necesitan que se desarrolle sin problemas, cuatro años después de que la elección del presidente del partido, abierta a todos los militantes por vez primera, desembocara en un sonoro escándalo, con acusaciones cruzadas de fraude entre dos candidatos, Francois Fillon y Jean-Francois Copé.

Durante la mayoría de la campaña Juppé se mantuvo como el favorito indiscutido, pero desde hace unos días Fillon siente el viento en popa de las encuestas.
Hace dos días un sondeo publicado en página web de Le Monde le situaba al frente de la primera vuelta de hoy con el 30% de los votos, un punto más que Juppé y Sarkozy, que se disputarían el segundo puesto y la posibilidad de seguir en la carrera y pasar al ballotage.

El resto de los postulantes, los ex ministros Bruno Le Maire, Nathalie Kosciusko-Morizet y Jean-Francois Copé, además del demócratacristiano Jean-Frédéric Poisson, tratarán de ganar el mayor peso posible de cara a la segunda vuelta.