«El rechazo a la represión policial en Cataluña no debe impedirnos ver la gravedad de que una región se separe de un país como España”, escribió en su cuenta de Twitter Ernesto Samper. El ex presidente de Colombia, quien fuera también secretario general de Unasur, se había manifestado recientemente en una entrevista con la agencia efe como partidario de una «España unida”, por considerarlo mejor  para los intereses de América Latina en Europa. En ese contexto, habló del proyecto independentista catalán como una vuelta atrás en el «reloj de la historia”.

Como un paso atrás califica en cambio la actitud de Madrid el analista internacional Nabih Yussef, director del Consejo de Estudios Interdisciplinarios Económicos y Políticos (Ceiep), de Argentina. «Acá hemos retrocedido muchísimo en lo que es un debate político sano en una sociedad del siglo XXI. El gobierno central directamente le ha puesto coto a las expresiones tanto de los partidarios del sí como del no. Por lo tanto, no podemos saber lo que Cataluña quiere”.

La prensa internacional, dura con España: diferentes lecturas

América Latina ha reaccionado con sordina. Con excepción de las declaraciones del presidente venezolano, que en su programa de radio y TV «Domingos con Maduro” instó al pueblo catalán a resistir. «América Latina te admira, Cataluña”, exclamó el gobernante, aprovechando de arremeter contra el gobierno  «intervencionista» de España, al que acusó de apoyar a los «violentos y fascistas» en Venezuela.

Yussef lo atribuye más bien a un «discurso político oportunista” que a una estrategia programática de Caracas en cuanto a tener algún vínculo con el independentismo catalán. Por lo demás, el director del Ceiep hace notar que en América Latina hay diferentes  apreciaciones de lo que ocurre en Cataluña. «No es igual la visión que puede tener la política argentina, que la política boliviana, por ejemplo”, señala, y explica: «Bolivia tiene una misma preocupación que España, con respecto a Santa Cruz de la Sierra, a Beni y a Pando, que son departamentos autonómicos que buscaron ya en otros momentos de su historia reciente la independencia del Estado Plurinacional de Bolivia”.

Legalidad y legitimidad

Más allá de lo anterior, el analista argentino considera que «el nivel de violencia robótica de estas expresiones policiales en una sociedad pacífica que buscaba expresarse por un sí o por un no en un referéndum”, ocasionan un daño a la imagen internacional de España en los países de Latinoamérica. A su juicio, aquí «cruzan dos cuestiones que parecen sinónimos pero no lo son: la legalidad y la legitimidad”. Yuseff hace notar que, aunque desde el punto de vista de la Constitución española el referéndum haya sido ilegal, si hay una demanda de un sector importante de Cataluña, es necesario dialogar. «Si no, las Constituciones serían instrumentos pétreos, que las sociedades no podríamos reformar, y eso no es verdad”.

70 académicos de México, Estados Unidos y Canadá pidieron a Madrid permitir a los catalanes expresar su voluntad y condenaron la represión. Entre ellos se cuenta Margarita Favela, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Unam. «Firmé la carta porque estoy plenamente convencida de que no existe razón alguna -política, jurídica, moral, o de cualquier otro orden- que justifique negar el derecho que posee un pueblo a organizar una consulta sobre el estatus legal que tiene, o sobre cualquier otro tópico, interés o problemática que lo aqueje”, señaló a DW.

Autoridad moral cuestionada

También la académica mexicana considera que «el papel de España con América Latina queda significativamente lesionado, pues su imagen internacional como Estado respetuoso de los derechos humanos y de la democracia ha quedado manchada por la incapacidad de promover un diálogo entre las partes y en su lugar ha ostentado un discurso autoritario”.

Nabih Yussef añade que «también hay un descrédito con respecto a los discursos que pueda dar Mariano Rajoy en torno a los derechos humanos, aleccionando a la región, ya que hay que tener entereza moral para hacer ese tipo de señalamientos. Y esto también lo aprovecha Venezuela, con este oportunismo discursivo del presidente Maduro”.