El ex jefe del Ejército César Milani confesó hoy que su salida de la fuerza armada fue «un pedido» de la ex presidenta Cristina Kirchner y señaló que esa decisión se debió a que tenía «vínculos políticos, personales o institucionales con dirigentes que no eran afines al gobierno».

Asimismo, el ex general rechazó las causas judiciales en su contra que lo vinculan con supuestos delitos de lesa humanidad durante la última Dictadura y enriquecimiento ilícito. «Renuncié por un pedido de la (ex) presidenta. La razón estrictamente no la sé. Pero creo que algunos funcionarios del gobierno y quizás la (ex) Presidenta pretendían tener un jefe del Ejército que no tuviera ningún tipo de relación ni social, ni personal, ni política con nadie. No es mi perfil», sostuvo el ex jefe del Estado Mayor General del Ejército.

En diálogo con Radio La Red, Milani afirmó que «siempre» tuvo «relaciones institucionales con gobernadores y quien pidiera un asesoramiento sobre defensa y seguridad», entre los que mencionó al ex gobernador bonaerense Daniel Scioli.

«Tuve vínculos políticos, personales o institucionales con dirigentes que eran afines y no afines al gobierno», insistió.

Consultado respecto a su presunta vinculación con la desaparición del soldado Alberto Ledo en junio de 1976 en Tucumán y con el secuestro del militante Ramón Alfredo Olivera en marzo de 1977 en La Rioja, Milani afirmó que «por supuesto» tiene la mente «absolutamente» tranquila.

«No hubo querella en 40 años. Ledo nunca, jamás estuvo ni cerca mío. De 127 soldados desaparecidos bajo bandera en 55 casos se libraron actas de deserción. En ninguno de esos casos el actuante está ni acusado, ni imputado por nada. El único caso fui yo y después de que fui nombrado jefe del Ejército», resaltó.

En ese sentido, consideró que las denuncias en su contra fueron «producto de una vil maniobra política» que, a su entender, apuntaba a dañar a Cristina Kirchner y a él mismo: «Han visto en mí una figura que podía liderar un proceso de transformación y cambio en el Ejército».

«Yo no soy K. No tengo, ni tuve ninguna relación con funcionarios de La Cámpora, salvo con personas vinculadas a Defensa o actividades sociales que realizaba el Ejército. Cuando estaba en la función, he hablado con la (ex) presidenta cuatro o cinco veces todas relacionadas con cuestiones de presupuesto, equipamientos, cantidad de soldados. Hace más de dos años, mucho antes de que me fuera, seis o siete meses antes de que me fuera, no tenía trato con la (ex) presidenta», aseveró.

Por otra parte, el ex militar rechazó las declaraciones del espía Antonio «Jaime» Stiuso ante la Justicia, en las que lo vinculó con la ex-Secretaría de Inteligencia y la muerte del fiscal Alberto Nisman.

En ese sentido, Milani señaló que en los días previos a la muerte del ex titular de la UFI Amia mantuvo comunicaciones telefónicas con el ex director de Reunión Interior de la ex-Side Fernando Pocino «estrictamente por cuestiones institucionales» y precisó que fue por «el robo de un misil en la Brigada I de Tandil».

«Este fue el único objetivo. Y creo que fue una sola llamada. Yo a Nisman no lo conocía, ni sabía dónde vivía. Se me quiere involucrar o vincular con empresas tercerizadas, nunca tuve vinculación con la seguridad de Nisman. Todo esto es producto de una maniobra mediática política que está realizando algún multimedio», dijo.

Finalmente, respecto a las acusaciones en su contra sobre la presunta creación de una estructura paralela de inteligencia en el Ejército, el exjefe de esa fuerza aseguró que esa versión «forma parte del relato anti-K»: «Son absurdas maniobras de propaganda política».