«El gato no está y los ratones bailan», dice el refrán popular y así lo sienten los feriantes de Rosario. Una vez más, como en cada medida de fuerza municipal, los vendedores ambulantes y artesanos aprovechan la oportunidad y la peatonal se convierte en un verdadero «mercado persa», con precios y alternativas para todos los gustos.

Como por arte de magia, los manteles cubren las calles céntricas y la actividad comercial se vive a pleno: bijouterie, juguetes, ropa, adornos, son solo algunos de los rubros que pueden encontrarse al caminar las peatonales Córdoba y San Martín. Ropa interior, lentes de sol, relojes, sahumerios, monederos y perfumes en cajas que exhiben marcas de primer nivel, son ofertados sin cesar ante una importante cantidad de transeúntes y potenciales clientes.

Nadie quiere perderse la chance de poder exhibir sus mercancías y allí van los vendedores ambulantes, con productos a cuesta, a imponer un color y un ritmo distinto a la rutina de todos los días…

Pero el paro municipal produce además, otras repercusiones. El tránsito vehicular se complica y a no ser indispensable, es recomendable no atravesar la zona céntrica, porque suele volverse un verdadero caos, peor que de costumbre.

Asimismo, la actividad en las oficinas públicas se resiente ya que no se prestan los servicios públicos y se anula definitivamente la atención en cada dependencia de la Municipalidad.

Un escenario distinto para un miércoles ordinario. La causa: el paro municipal.

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