Por Candelaria de la Cruz

Esta comprobado que la risa y la alegría genera endorfinas y eso ayuda a subir las defensas del paciente, pero no mucha gente se animaba a demostrarlo hasta que a principios de los ’90 un joven médico y amante del arte irrumpió en las salas de los hospitales y comenzó a jugar.

José Pelucchi es médico especialista en terapia intensiva, diagnóstico por imágen, psiquiatra, actor y director de teatro. En 2012 fundó «Paya Médicos» y planteó como objetivo principal la salud de emocional.

En diálogo con Conclusión Pelucchi conocido por sus pacientes como el Dr. Verdín Vaporín contó que su pasión por el teatro vino de la mano con la medicina y que ya durante sus comienzos como médico pudo demostrarlo.

«En 1992 yo estaba trabajando en la terapia intensiva de un hospital y a la vez estaba terminando una obra en el teatro San Martin. Todos los días, una vez que terminaba mi guardia, me ponía el vestuario y hacia algunos fragmentos de la obra para algunas de las personas que estaban internadas ahí en la guardia y no podían acceder al teatro. Así empezó todo», relató. 

A lo largo del tiempo y «con el apoyo de sus colegas» se fue sumando gente, hasta que en el 2012 se fundó «Paya Médicos» que en la actualidad son más o menos unos 6 mil en todo el país y hace unos años cruzó la frontera y se formó un grupo en Chile.

A través de recursos psicológicos y artísticos relacionados con el payaso teatral implementando juegos, música, teatro, magia y el arte humorístico en general, estos “personajes” intentan sacarle una sonrisa a niños y adultos.

En ese sentido, José aseguró que es «fundamental conocer al paciente» y «hacerlo sentir un payaso más». «En vez de hacer un show, nosotros lo incorporamos y le damos protagonismo en la intervención de manera tal que podamos exacerbar sus costados más sanos, más humorísticos, con un humor infantil, sano, a través del juego. La persona cuando está internada está muy pasiva, jugamos para que deje de sentirse objeto de estudio que los médicos manipulamos y tratamos vuelva a sentirse una persona», subrayó.

«Cuando una persona esta alegre, se defiende mejor en la enfermedad»

Con respecto a ello, el Dr. Pelucchi expresó que es fundamental «estar bien uno mismo para poder ayudar al otro».

En mi caso, ese payaso me da la potencia para ver todo positivo. A veces me duele la cabeza, yo hago dos guardias semanales, trabajado en el Borda de guardia, es muy duro y es muy desgastante pero al otro día me pongo el payaso y todo cambia, me energizo y puedo llevar esa vitalidad a gente que está triste. De esa manera se puede curar y los resultados son contundentes», señaló.

Y recordó: «Mucho chicos que vienen de lejos y no quieren viajar porque tienen que ir al médico pero cuando ven a los «Paya», ellos mismos le piden a los padres que los lleven. A veces no necesitan controles y van a solamente para ver a los `Paya’ «.

«PAYA….»

José PeluCchi es ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires y huésped de honor en Rosario. Por su parte, la ONG fue creciendo y dividiéndose en diferentes tareas.

Además del trabajo en hospitales en general, maternidades y geriátricos, los «Paya» fueron ampliando su horizonte en la equino terapia («Paya Ballo»), la terapia con perros (“Paya Guau”), con personas sordas («Paya Señas”) y con las personas que tienen internaciones domiciliarias («Paya Domicilio»), además de las intervenciones de prevención en las escuelas (“Paya Escuela”).

«Ahora fundamos “Paya XXI” que es con personas con Síndrome de Down pero que ellos mismos son los payasos. Les damos un taller para incluirnos con nosotros y acudimos a geriátricos y trabajamos muy bien. Hay personas con Síndrome de Down que son muy lúcidas y hay otras que a pesar de algunas limitaciones cognitivas, son increíbles, son muy sensibles, son muy empáticos y pueden dar mucho amor al prójimo», explicó Pelucchi.

La Asociación civil también interviene en acciones solidarias, que se llama «PayaSol» y de la Paz Mundial, como embajadores de «Apax».

NADA ES AL AZAR…

Los «Paya Médicos» tienen en cuenta todos los detalles, nada es improvisado y todo tiene su sustento científico con el objetivo de ayudar al bien estar del paciente. 

No más narices rojas: Los Paya usan narices naranjas ya que el color rojo remitía a la sangre  e inconscientemente producía un rechazo en los chicos.

«Hay una investigación donde se ve que cuando los chicos ven el color rojo aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Somos animales atravesados por la cultura y cuando el animal ve sangre quiere decir que hay que pelear o huir y eso hace que aumente el tono enérgico», argumentó el profesional.

Por otro lado, los «Paya» cuidan mucho su vestimenta, NO USAN EL COLOR NEGRO, porque es el color del luto ni tampoco usan el violeta o el lila «porque se identifica con el color de las coronas», tampoco el marrón porque «se identifica con la materia fecal y además sustrae luz».

Los colores utilizados por estos «personajes» son el cyan, el magenta, el amarillo, el verde manzana, y el naranja, siempre colores muy vivos y alegres que emitan luz y energía. «Cuando entra un paya médico parece que entraran cien», destacó.

y agregó: «No es algo místico, es algo científico. A cada color le corresponde una longitud de onda y todos transmiten algo».

En la actualidad, José Peluchi dicta cursos teóricos intensivos en todo el país. En Rosario hay 5 formadoras en la parte teatral, 130 en todo el país y solo 10 formadores de la parte teórica que son médicos, psiquiatras y psicólogos con más de 10 años de experiencia y teoría en «PayaMédicos» y con una práctica en salud mental reconocida en cada lugar.

«Investigamos todo el tiempo, participamos de congresos y el grupo está formado por profesionales de la neurociencia, psicólogos, psiquiatras. Hay algo que es el inconsciente y es muy importante tenerlo en cuenta. Vos podes hacer una obra muy linda pero si dijiste una palabra o hiciste algo que le hizo acordar a la muerte o al dolor a una persona que está en una situación de sensibilidad, afecta mucho», concluyó.