Los mandatarios de las provincias patagónicas rechazaron enfáticamente la decisión del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que posibilitará la entrada de carne fresca de cerdo doméstico sin hueso -y embutidos frescos- a esa región del país. En ese contexto, la Justicia neuquina recibió un amparo presentado por la Gobernación para tratar de ponerlo freno a la decisión del organismo nacional.

El ministro de Producción de Neuquén, José Brillo, se expresó en contra de la medida argumentando que “es terminal para nuestros productores, porque los grandes hipermercados tienen sus propios mataderos y frigoríficos, y si distribuyen sus productos en todos los supermercados de la Patagonia nuestros productores dejan de existir».

Sostienen desde la Patagonia que es importante tener en cuenta que desde hace cerca de tres décadas la carne porcina de las provincias del norte no se comercializa en la región del sur, “pero con esta nueva resolución cambia el panorama”.

Más argumentos

En tal sentido recuerdan, también, que la ganadería argentina, tanto porcina como vacuna, está delimitada con dos estatus sanitarios: libre de aftosa con vacunación -al norte del Río Colorado- y libre de aftosa sin vacunación- al sur del mismo río.

Mientras que los productores e industriales porcinos patagónicos advierten que están frente a una competencia desleal, en la otra vereda explican que justamente en esa región hoy están importando carne desde Dinamarca y es ilógico que no puedan recibir carne local por la disposición que acaba de abolir el Senasa.

Además aclaran que los cerdos nacionales, de todo el territorio, no tienen aftosa y ni siquiera se vacunan porque en esta especie la enfermedad está absolutamente bajo control.

Así las cosas, mientras los productores reclaman que está en peligro su estatus sanitario y hasta su mercado interno, desde la otra vereda dicen que «ahora las reglas de juego son las mismas para todos».