Una resolución judicial dejó en libertad a un hombre condenado en el primer juicio oral por violencia de género. Como la condena no está firme, porque fue apelada, el magistrado hizo lugar al pedido de la defensa. Como consecuencia, la vida de la víctima y sus cuatro hijos corre serio peligro.

Néstor Fabián Anchaval enfrentó el primer juicio oral por violencia de género que terminó con una condena de 3 años de prisión por agresiones y amenazas a su ex pareja. Esta resolución que establece la libertad del condenado pone en serio riesgo la vida de Jésica Balmaceda y sus cuatro hijos.

En diálogo con Conclusión, la referente de la organización Ampliando Derechos, Nora Giacometto dijo que “atribuimos la responsabilidad de esta resolución a la fiscal Raquel Almada por resolver unilateralmente no apelar la sentencia”.

En principio la fiscalía había solicitado una condena de cuatro años y medio por amenazas, desobediencia, violación de domicilio y daños y amenazas de muerte telefónicas. Pero el juez Carlos Leiva resolvió condenar a Anchaval a 3 años de prisión porque desestimó dos de los cargos que se le achacaban, entre ellos amenaza de muerte y hostigamiento, aunque había argumentos suficientes para apelar la medida. Además argumentó que «el artículo 5 de la ley 26.485 de Violencia de género tipifica la violencia psicológica y este hecho se enmarca en esta situación».

La ley establece que cumplido 8 meses de prisión el condenado a tres años puede solicitar la libertad, Giacometto indicó que “esperábamos esto pero responsabilizamos a la fiscal por no apelar la sentencia”.

Lo concreto en esta instancia es que “corre serio peligro la vida de Jésica y sus cuatro hijos porque todavía la fiscal no resolvió la seguridad para Jésica”, manifestó Giacometto.

Para resolver este tema, la directora del Abordajes Territoriales del Consejo Nacional de Mujeres se reunirá con el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro para pedir protección para la víctima y sus hijos.