Este martes la ciudad despertó con una noticia que sacudió a muchos e intrigó a otros que no conocían sobre el tema a fondo. Se trata de la detención de un joven cuyo nombre ha sido repetido hasta el cansancio en las últimas semanas. Alan Funes, que en poco tiempo pasó de ser un auténtico desconocido a una especie de oscuro «rock star» del delito. Su fama se cimentó con la ola de delitos que asolaron la zona sur y sudoeste de Rosario las dos primeras semanas del año y con el histórico enfrentamiento que tiene la banda que supuestamente lidera con la banda de los Caminos, herederos del «Pimpi Camino», el tristemente célebre barrabrava de Newell´s Old Boys.

A Alan Funes se lo señaló como el cabecilla de los Funes, y cumplía prisión domiciliaria por una causa del Juzgado de Menores; está sindicado por el homicidio de Julio Manuel “Pupi” Solaro, ocurrido el 1° de mayo de 2016 en un pasillo de Ayacucho al 4300. A fines de diciembre trascendió un video en el que se lo veía disparando ráfagas de ametralladora a modo de festejo. Cuando la policía lo fue a buscar a su casa, no lo encontró, por eso a partir del 5 de enero se libró una orden de captura nacional e internacional.

El enfrentamiento entre los Funes y los Camino es de larga data, y pesan tanto las rencillas personales como la disputa del territorio. A ambas bandas se les atribuye una pelea por el control del territorio y el narcomenudeo en la zona sur. También están enfrentados a muerte luego del crimen de la madre de los Funes

En ese contexto, varios testigos lo ubican, a él y su novia, en el auto que baleó a Marcela Díaz, la hermana de Ariel «Tubi» Segovia asesinada la semana pasada