El ex primer ministro italiano y actual secretario general del Partido Democrático (PD), Matteo Renzi, reunirá mañana a la dirección nacional del oficialismo para medir fuerzas con los sectores de oposición interna, con la posibilidad de presentar su renuncia a la cúpula partidaria para acelerar los tiempos políticos de cara a las próximas elecciones nacionales.

Renzi, que continuó contando con el apoyo de la mayoría del oficialismo aún después de su renuncia como premier en diciembre pasado, presidirá la reunión de los 120 miembros de la cúpula partidaria desde las 14.30 locales (10.30 de Argentina).

Aprovechando sus apoyos internos, hace unas semanas, Renzi había anunciado su intención de convocar a nuevas elecciones nacionales antes de septiembre, una vez que el Parlamento termine de «homogeneizar» las dos leyes electorales vigentes en el país.

Sin embargo, el denominado sector de la «minoranza» (minoría) del PD planteó su intención de dilatar la convocatoria a nuevos comicios y sostener en la «plenitud de poderes» hasta 2018 al actual primer ministro, ex canciller y sucesor de Renzi, Paolo Gentiloni.

Este sector minoritario incluso planteó la posibilidad de una «escisión» en caso de que el renzismo avance con una «aceleración» de los tiempos electorales partidarios y nacionales, según advirtió el ex secretario general entre 2009 y 2013, Pier Luigi Bersani.

En ese escenario político, según las versiones publicadas hoy por La Repubblica y La Stampa, Renzi podría jugar la carta de renunciar a la secretaría general del PD para convocar a un congreso partidario, en el que podría definitivamente medir fuerzas frente al sector minoritario y revalidar su liderazgo para apurar la convocatoria a comicios nacionales.

De todas formas, la convocatoria a nuevas elecciones, que el también ex alcalde de Florencia pidió para «antes de septiembre», no puede hacerse antes de que el Parlamento armonice las dos leyes electorales vigentes, el «Consultellum» (o «Porcellum modificado») para Senadores y el «Consultellum bis» (o Italicum modificado) para la Cámara de Diputados.

La coalición de gobierno que encabeza el PD reúne hoy a 169 senadores -de los 315 que componen la cámara alta- y 368 diputados -de los 630 de la cámara baja-, en base a las votaciones que en diciembre pasado dieron el «voto de confianza» a Gentiloni para asumir.

En ese punto, las discusiones sobre la ley electoral, que cruzan el debate al interno del PD, giran en torno a si otorgar o no un «premio» de mayoría a las coaliciones o a las listas, teniendo en cuenta el escenario de tercios en el que parece dividirse Italia (PD, Movimiento Cinco Estrellas y el polo de centroderecha).

La idea del ex premier y los sectores mayoritarios en el partido es redactar una herramienta electoral que conceda el 50% de las bancas a quien alcance el 40% de los votos para facilitar la formación de gobierno.

Tras dimitir como primer ministro en diciembre luego de perder el referéndum sobre su propuesta de reforma constitucional, Renzi se mantuvo al frente del PD, desde el que ratificó su voluntad de volver al Palazzo Chigi a través del voto popular, ya que en febrero de 2014 había sido elegido Premier tras un acuerdo parlamentario entre su fuerza y la Fuerza Italia de Silvio Berlusconi.