Programa de Recuperación Productiva (Repro) fue creado en el año 2003 como una respuesta del Estado frente a los despidos. Ante una situación acreditada de crisis de una empresa, el Ministerio de Trabajo otorga a los empleados una suma mensual de hasta un salario mínimo, vital y móvil por trabajador, por un plazo de hasta doce meses. La empresa que lo solicita debe, a su vez, presentar un plan de recuperación y comprometerse a mantener a la totalidad de su planta. Los Repro funcionaron bajo ese esquema, desde su implementación, como una herramienta contracíclica, destinada a paliar los coletazos de la crisis internacional en el mercado laboral local. Pero esto ha cambiado drásticamente tras la asunción del presidente Mauricio Macri. En el primer año de gestión de Cambiemos, el Ministerio de Trabajo dejó de utilizar esa herramienta indispensable para proteger el empleo: durante 2016 se entregó sólo el 30 por ciento de los Repro implementados en 2015. Y no es que el programa no hizo falta, sino que esto sucedió en medio de las sucesivas olas de despidos y suspensiones.

El dato surge de un relevamiento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). El trabajo muestra la reducción del otorgamiento de Repro a menos de un tercio, si se miden los montos invertidos (que pasan de 1.174.092.576 pesos en 2015 a 359.756.000 pesos en 2016). Considerando la cantidad de prestaciones –o pagos en concepto de Repro–, la merma fue del 84 por ciento (de un total de 756.487 prestaciones en 2015, se redujeron a 123.056). También fueron muchas menos las empresas alcanzadas: de 402 en 2015, pasaron a 89 en 2016, una disminución de 79 por ciento.