Propietarios de la zona de finca Lamarque, que abarca la reserva ecológica de Valeria del Mar, estimaron en más de 30 años el tiempo necesario para la recuperación del bosque de pinos debido al incendio que afectó 50 hectáreas, mientras la lluvia descarga un intenso aguacero que permitirá cesar la «guardia de cenizas».

«El daño causado ayer va a tardar entre 30 y 35 años en recuperarse», dijo a Télam Gonzalo Lamarque, propietario de la finca en la que está la reserva.

El panorama que observó Télam mostraba esqueletos de pinos carbonizados y el suelo tapizado de cenizas que el viento levantaba provocando un nuevo alerta en los pobladores, que confundían la nube de polvo blanco con humo.

«Todo lo que hay de pinos está quemado, y lo que queda hay que tirarlo porque es riesgoso», dijo a Télam el bombero Mariano Bandi.

«Lo único que queda por hacer con los esqueletos de los árboles es tirarlos: ya no hay nada que salvar», dijo el hombre que «velaba» un vehículo Unimog que resultó destruido por el fuego y que hace treinta años prestaba servicio en el cuartel.

Bandi informó que «se sigue haciendo ‘guardia de ceniza’ porque a la mañana se dio otro pequeño foco residual del lado opuesto de la ruta, frente a Valeria y Cariló, y lo tuvimos que apagar».

Los testimonios coinciden en que se trató del «incendio más grande de la historia» de la localidad.

El operativo de combate al fuego, que sumó a muchos pobladores, enfatizó el control en la zona lindera a la entrada a Cariló, «porque el perímetro del fuego llegó casi a las casas» y hubiera significado la expansión a una zona más poblada, contaron.

«En treintipico de años nunca vi nada igual: estos pinos los plantaron cuando yo era chico», comentó Bandi.

El secretario de Seguridad Matías Yeannes informó a Télam que «los aviones del Plan Nacional de Manejo del Fuego van a permanecer en el aeroclub de Pinamar (yendo para Madariaga sobre la Ruta 74) durante la temporada de vacaciones», en prevención de eventuales nuevos siniestros.
Yeannes agradeció la «solidaridad de la gente de Defensa Civil de la provincia de Buenos Aires y la Nación» en el despliegue del operativo para el control del fuego.

Los agentes civiles y los bomberos hicieron surcos para proteger las áreas ante la aparición de focos; instruyeron que los pobladores prendieran los sistemas de riego y tomaran leche por precaución de intoxicación por humo, que afectó apenas a dos personas, sin consecuencias graves.

El voraz incendio que sobrevino tras más de 40 días sin lluvia provocó un alerta que se continúa desde hoy con el peritaje de los Bomberos de la Policía de Buenos Aires, que recaban además testimonios sobre el tipo y color de las columnas de humo: «desde marzo hasta ahora tuvimos una decena de focos», precisó Yeannes.

Foto: Alejandro Moritz

 

Valeria del Mar: una intensa lluvia trajo alivio en la guardia de cenizas