Argentina tuvo que alambrar hasta el final, no le sobró nada, tuvo buenos momentos y repitió errores, como en los partidos anteriores. Pero esta vez, hubo otra actitud, la selección nacional tuvo hambre, demostró que tenía ganas de seguir en el mundial, y lo logró sufriendo hasta el minuto 90.

En el primer tiempo, se vio lo mejor del equipo de Sampaoli, con un Banega extraordinario en las dos funciones, a la hora de quitar y de distribuir, con un pase fantástico para Messi, que resolvió como él sabe.

Pero en el complemento, se complicó solo, porque Mascherano cometió una falta infantil dentro del área, los africanos empataron y se agitaron todos los fantasmas todos. Con el correr de los minutos, Argentina se reacomodó, gracias a un atajadón de Armani, que evitó la segunda caída de la Albiceleste, y le dio vida. Después, llegaría el gol de Rojo, tras un centro preciso de Mercado y todo empezaba a resolverse a favor.

Si bien es cierto que el seleccionado nacional no brilló, pero era previsible, porque en esta clase de partido, lo único importante es ganar, y se logró una victoria justa, con el corazón en la boca, y se al menos, se llegó al primer objetivo, pasar a octavos.

No caben dudas, que habrá que mejorar para seguir avanzanda, Francia se ve en el horizonte, el sábado por la mañana será la cita, y será otra historia, muy distinta a la de este martes, que fue no apta para cardíacos.