Cuando los precios suben por el ascensor y los ingresos por la escalera, el poder adquisitivo se estrella contra el piso. Ante esto, los consumidores apelan a todos los mecanismos posibles para compensar la pérdida. En los últimos tiempos, hay una tendencia en aumento: la de comprar en supermercados mayorista a costa de los tradicionales. Es que de esta manera se logra un ahorro que puede rondar el 50% en productos básicos. Pero lo más llamativo es que ya no son los comerciantes o los sectores de menores ingresos los únicos que adoptan esta modalidad. Cada vez es mayor la cantidad de gente de clase media y media alta que se vuelca a estos establecimientos.

«Te das cuenta por las preguntas que hacen, sobre cómo es la modalidad de compra, que son clientes primerizos. Y por los productos y marcas que llevan, que son de altos recursos», explicó a este diario una cajera del mayorista Vital de Pilar, en pleno corazón de la zona de countries.

«El perfil del consumidor está cambiando. Es un fenómeno de este año».