Por Alejandro Maidana

Ubicado en San Lorenzo 2921, este servicio sustitutivo a las prácticas manicomiales, se encuentra en serio riesgo. La lógica manicomial está basada en el encierro, un sistema tan añejo como carente de motivación alguna para el usuario.

Lo que persigue este Centro Cultural es la restitución de derechos para aquellos que han perdido el acceso a la expresión, a la comunicación, a la libre circulación o a elegir qué tipo de tratamientos quieren llevar adelante. Sin dudas, un espacio tan necesario como poco valorado por la Dirección Provincial de Salud Mental, Ministerio del cual depende.

Todas las actividades que rodean a Gomecito, tienen una vinculación directa con la cultura. La sociedad, el arte, la locura y el lenguaje no podrían existir sin un ser social. Tomando esto como estandarte, el grupo de trabajo del Centro lucha por terminar con algunas formas arraigadas de tratar al paciente, apostando a la apertura de nuevas alternativas.

Los diversos talleres motivacionales hacen que la propuesta sea más que interesante. Cerámica, panificación, papel, yoga y el contacto tan necesario con la tierra en la huerta constituyen un combo atractivo.

“Gomecito es un lugar de puertas abiertas donde participan tanto pacientes del Agudo Ávila como gente de paso que están con algún tratamiento ambulatorio en consultorios externos”, relató Eduardo Mutazzi, miembro del grupo de trabajo del lugar.

Pero lamentablemente la situación se ha tornado muy álgida, y este espacio corre serio riesgo de vida. La precariedad de en las condiciones de trabajo y consecuentes condiciones de asistencia, han encendido la alarma.

“Venimos reclamando hace 7 meses y agotando todos los canales que tuvimos a mano, desde los más personales, hasta los más formales. Lamentablemente de ninguno de ellos se han hecho eco las autoridades, tenemos a una compañera que no cobra hace 7 meses”, sostuvo Laura Coll en charla con Conclusión.

Ésto sumado al escenario de graves ajustes y políticas de vaciamiento de lo público en todo el territorio nacional, hace que esta situación cobre especial gravedad.

“Tenemos ley, órgano de revisión, todas las formalidades, pero en lo concreto no contamos con plan provincial de salud mental, existiendo así un claro contenido de precarización en las respuestas del estado provincial. Por lo menos en lo que hace a este dispositivo creado hace muchos años, tememos por el futuro y el proyecto”, indicó.

El Centro Cultural Gomecito alberga a diez trabajadores y contiene entre 80 y 85 usuarios por semana que disfrutan de las ofertas del lugar.

El temor por el vaciamiento existe, pero  la necesidad de conseguir un viraje en las políticas públicas encabeza la agenda. “Las expectativas radican en defender esta transformación de la que tanto se habla y que tan poco se aporta. Nosotros vamos a resistir hasta donde podamos, consideramos que este es uno de los tantos conflictos que se vienen sucediendo en la provincia y en el Ministerio de Salud por sobre todas las cosas. Nos llama mucho la atención la falta de respuestas de las autoridades, ya que nosotros hemos buscado el diálogo y el acercamiento por diversas vías pero sólo hemos recibido el silencio”, concluyó.