Por Alejandro Maidana

El sabio no atesora. Cuanto más ayuda a los demás, más se beneficia. Cuanto más da a los demás, mas obtiene para él”, Lao Tse

La historia de Germán Gago es como cualquier otra, pero con condimentos justos que la hacen diferente. Nacido en la popular Tablada, este artista rosarino de 55 años recorre la ciudad solidarizándose con causas justas, y adueñándose de paredes vagas para darle color y movimiento.

Sostiene que cualquier gran observador puede pintar bien, quizás no ser un gran artista, pero si destacarse en esto del pincel. Lejos está de autoreferenciarse, afirma que no es un tocado con la varita mágica, que lejos está de ser un gran artista, pero que pinta y dibuja bien, sin estridencia alguna, como su vida misma.

“Haber elegido este camino me abrió muchísimas puertas de diferentes lugares, que me brindaron la posibilidad de hacer lo que me gusta. La imagen visual dice mucho más que 10.000 palabras, y utilizar la misma para resaltar los trabajos solidarios o grandes acciones, toman un cariz más que interesante”; así definiría Germán Gago el sendero que transita en una charla profunda con Conclusión.

La escuela provincial de Bellas Artes, y luego la Universidad, fueron los sitios donde pudo profundizar esos conocimientos que suelen venir desde la cuna. “La primera me ayudó mucho con la técnica, y la segunda claramente a consolidar la expresión. Este coctel colaboró mucho para quedar satisfecho con mis producciones, algo que no es poco, ya que el artista siempre suele encontrarle un puntito flaco a sus obras”, sostuvo.

Consultado sobre el camino recorrido y sus vicisitudes fue contundente; “siempre transite esta pasión a los ponchazos, inclusive en muchas oportunidades tuve que frenar al artista para poder comer. Al ser Rosario un mercado muy pequeño en cuanto a artes visuales y plásticas, la obligación de sobrevivir al escaso mercado me ha volcado a diferentes actividades. Un dato importante y no menor, es que en nuestra ciudad solo hay dos galerías y monotemáticas. No se puede concebir solo al arte como una cuestión decorativa, de esa manera nadie va acceder a comprar un trabajo panfletario para decirlo de alguna manera”.

“La lucha interna es permanente, cuando se asumen compromisos como armar una familia el arte suele quedar un poco de lado para darle pase a otras actividades que sólo nos aportan el dinero para sostenernos en este sistema. Imaginate que después de una jornada laboral de 8 o 10 horas, pocas son las fuerzas que te quedan para armar el taller y dar una pinceladas. Pese a esto uno se las puede ingeniar igual, por ejemplo en mi caso me amigo con los murales para darle un tinte participativo”, indicó el artista.

Su colaboración con el Centro de jubilados de ex combatientes de Malvinas

Germán Gago es un colaborador permanente del Centro de jubilados de ex combatientes de Malvinas. Sus manos acompañan lo que el corazón les dicta en cada pincelada, “junto a la figura de Joel Báez, titular del Centro, tratamos de dejar el mensaje de Malvinas por todos lados. Por ejemplo días atrás pintamos el frente del Centro de Salud número 10 detrás de Villa Moreno,  con la temática de las islas y la importancia d la salud pública. Cabe destacar que también aprovechamos el momento para generar una charla sobre estos dos temas tan importantes para los chiscos, para finalizar disfrutando el típico arroz malvinero. Estas son las cosas que me llenan el alma y te hacen sentir bien con vos mismos”, sostuvo Gago.

Varias son las paredes que en Rosario llevan el estigma de este artista popular. “Intervine varias paredes, por ejemplo la de una plazoleta en Oroño y las vías en la zona sur. La misma reza “Malvinas Argentinas”, y en el fondo de las letras está pintado el monte dos hermanas, lugar en el que se libró una de las batallas más cruentas. Pudimos lograr que los chicos la respeten y la valoren como se merece”.

“Soy de una generación que pudo contemplar cómo sus viejos participaban en la transformación de un club, de una escuela, de un barrio. Este contexto actual está generando un retroceso notable, les están volviendo a inculcar a nuestros pibes el “no te metas”. Las cosas no se resuelven mágicamente, sí con participación horizontal y compromiso social. Estamos transitando un camino muy oscuro, la unidad de los vecinos y del pueblo se generan con acciones concretas. Si le dejamos todo al arco político, sabemos que final nos espera”, concluyó.