Por Franco Albornoz

“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía?”, se preguntó Eduardo Galeano. “Para eso, sirve para caminar”, se contestó.

Este enunciado dio origen a “Utopías Colectivas”. Una organización de jóvenes que desde hace más de tres años realiza trabajos sociales y da asistencia a chicos, adolescentes y jóvenes de barrio Grandoli. En un galpón ubicado en la calle Isola entre las torres 10 y 11, brindan talleres de pastelería, electricidad y cine educativo, además de asesoramiento en aspectos tan variados como el legal y el educativo.

“Somos un grupo de alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas que tuvimos la inquietud de llevar a la práctica lo que estudiamos. De ahí utopias7nace la organización en el año 2013 con el objetivo de lograr dar una mano con algunas problemáticas que se viven en el día a día. Nos sentimos identificados con la frase de Galeano porque estamos seguros que las utopías movilizan. Por eso elegimos el nombre.”, explicó Leonardo Campos, de 26 años, vecino de toda la vida del barrio, donde hoy, junto a otros jóvenes, piensan utopías.

Campos contó que las acciones comunitarias empezaron espontáneamente. “La primera actividad que tuvimos fue arreglar una de las plazas. Nos pusimos a trabajar y con el correr de las horas se iban sumando personas sin que las convoquemos. Cuando nos dimos cuenta la plaza estaba llena. Todo eso genera un sentido de pertenencia que hace que cada uno de nosotros sienta el espacio como propio”.

“En un principio sólo teníamos 3 chicos en clases de apoyo escolar. Lo dábamos en el garaje de mi casa. Todas las semanas llegaba alguien nuevo. Hubo un momento que el lugar nos quedó chico, y fue ahí que decidimos alquilar un galpón. No es fácil sostenerlo. Contamos con el apoyo de mucha gente que colabora con rifas, y también con un aporte del Programa Ingenia que acompaña a grupos de jóvenes que tienen proyectos como el nuestro. La verdad nos ayuda muchísimo”.

utopias6Gracias al esfuerzo colectivo hoy hay más de 15 voluntarios y docentes que capacitan a alrededor de 50 personas que asisten a las distintas propuestas.

“En la actualidad también tenemos cursos de electricidad por ejemplo. Y hace poco arrancamos con la murga. Es algo muy lindo ver como los vecinos pueden ampliar valores y vivir situaciones de otra manera, a partir de un empoderamiento que les da el hacer y conocer”, detalló.

Hacer y conocer. Este es el sentido que motiva cada una de las distintas iniciativas que realizan quienes residen en el barrio y es lo que mantiene unidos a los vecinos.

“Se trata de implicarse socialmente y aportar un granito de arena para que juntos salgamos adelante. Sentirse identificado y brindarles las herramientas, cada uno de nuestro lugar, para que puedan pensar por sí mismo. A lo mejor alguno puede pensar que yo vengo acá sin recibir nada a cambio, pero no es así, cada clase estos chicos te enseñan algo. Lo disfruto mucho”, indicó Gisella Achaba, la encargada de los cursos de pastelería que se dictan los jueves, y a los que asisten más de 15 niños.

A pesar de todo lo logrado, Campos cree que la pelea por nuevas posibilidades para los más vulnerables nunca termina.

“Debemos seguir luchando. En todos estos años aprendí que si bien existe la violencia y la droga. También hay una juventud involucrada en los conflictos sociales. Eso también pasa en los barrios y se debe mostrar”, enfatizó.

“A partir de las asambleas barriales pudimos demostrar que no es necesaria la violencia para ser escuchados. Tratamos de brindarles las herramientas para que puedan valerse por sí mismos a la hora de realizar un reclamo. De esa forma logramos muchas cosas positivas para el barrio. Pensando a futuro como un conjunto”.

Un gran desafío el del grupo de jóvenes que conforma Utopías Colectivas. Generar nuevos caminos. Con optimismo y compromiso social, transformar la utopía en realidad.