Los pibes siempre fueron oro en polvo para Central. En el pasado y en lo inmediato. Luego de la apabullante derrota ante Banfield, cuando el plantel y el cuerpo técnico se dirigían hacia el vestuario con la mirada hundida en el césped, desde la tribuna bajó el “vamos, vamos los pibes…”. A ciencia cierta, sólo tres de los habituales titulares son surgidos de las divisiones menores, lo que despertó el furioso pedido luego de haber sufrido una de las peores goleadas de las que se recuerde en el Gigante, al menos en el último tiempo.

Que la gente de Central extraña horrores a Cervi, Montoya y Lo Celso, entre otros, no es ninguna novedad. Y las flojas producciones que el Canalla viene mostrando en la Superliga no ayudan y cada vez refuerzan más ese sentimiento de que ya nada será como antes. O por lo menos no lo será si se continúa de esta manera.

El reclamo tiene una razón de ser: sólo 3 de los titulares (Ferrari, Carrizo y Ruben), algo así como el 27% de los once que viene eligiendo Montero semana tras semana, son surgidos de las divisiones inferiores del Canalla, que han llenado de billetes al club en los últimos mercados de pases.

Son números muy bajos para lo que representan las fuerzas básicas de Central. Si se analiza lo hecho en la temporada 2016, con el Chacho Coudet sentado en el banco y con el Canalla a un paso de meterse en semis de Copa Libertadores, al menos 6 de 11 jugadores eran nacidos de las inferiores. Aquel equipo contaba con Salazar, Aguirre, Montoya, Cervi, Lo Celso y Ruben, pero los recambios también eran hombres de inferiores, como Germán Herrera o Cristian Villagra.

Fue confuso el mensaje que intentó mandar Paolo Montero, poniendo a tres pibes cuando el partido ante Banfield ya estaba definido, y condenando a los reemplazados a la masiva silbatina cuando iban dejando el campo de juego.

Las actitudes del entrenador dejaron millones de lecturas. Desde su forma de actuar adentro de la cancha, hasta las palabras que eligió para declarar luego del partido, de alguna forma, si se quiere, hasta poniendo su renuncia a disposición. Por eso resulta dificultoso descifrar si la inclusión de los tres juveniles (contando a Pablo Becker) tiene que ver con una intención a futuro de darles más minutos, o si fue sólo para “cuidar” a sus titulares pensando en Boca. Lo cierto es que, de todas formas, no los venía teniendo en cuenta y difícilmente haya variantes de cara al miércoles en ese sentido.