La decisión de ayer del Comité de Defensa Comercial de la Unión Europea de dar marcha atrás con los aranceles antidumping que había impuesto en 2013 al biodiesel argentino reabre un mercado clave para este producto, genera la posibilidad de compensar en parte el cierre del de Estados Unidos y entusiasma al Gobierno con un posible auge de un producto que es la principal apuesta a ponerles valor agregado a las exportaciones del complejo sojero.

Ese organismo de la UE acató la decisión del año pasado de la Organización Mundial del Comercio, que puso fin a un litigio de cuatro años al señalar que las retenciones a las exportaciones de soja constituyen un subsidio a la producción del biodiesel. Lo que había argumentado Europa en 2013 era que esa imposición abarataba la materia prima para producirlo, el mismo planteo que hizo el mes pasado Estados Unidos al imponer aranceles compensatorios de entre el 50% y el 64%.

Así, la UE renunció a los derechos antidumping del 24,6% que había aplicado, y se espera que en las próximas dos semanas defina una reducción a un nivel del 4 al 8%.