Por Alejandro Maidana

Alejandra tiene 10 años y necesita de una dieta cetogénica para no ver deteriorada aún más su calidad de vida. Sin autonomía propia y dependiente en su totalidad de una estoica mamá, esta niña espera con ansias el cambio de rumbo de las políticas nacionales en torno a salud que tanto la han marginado.

Una parálisis cerebral con epilepsia refractaria, generaría que las crisis convulsivas de Alejandra sean una constante durante las 24 horas del día. Después de someterse a una serie de estudios y pasar por situaciones muy duras, como broncoaspirarse y repetir neumonías, se llegó a la conclusión que su cuadro sólo podría equilibrarse con una dieta que requeriría de un suplemento nutricional, el KetoCal 4:1.

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La pensión por discapacidad está frenada hace más de dos años, desde Desarrollo Social de la Nación afirmaron que no se va a firmar ningún medicamento o suplemento que superen los $4.000, ese es el deleznable cuadro de situación que debe sortear una familia que no se arrodilla ante la desidia.

“Nación nos envió un suplemento alternativo, un genérico llamado Ketovie, y si bien en los primeros días mi hija lo toleró, hoy ya no es así debido al alto contenido en fibras que tiene”, le contó a Conclusión Mónica, una mamá que no piensa resignarse hasta conseguir lo que a su hija le corresponde.

Alejandra con la ingesta de Ketovie

Los reflujos y el registro de grasas encendieron nuevamente las alarmas, “a mi hija le cambió nuevamente la cara, comenzó a ir más de cuerpo, a no querer cenar y a no permitir que le toque la sonda gástrica. Ella es muy expresiva y te hace saber cuando está transitando por una sendero doloroso, nos hemos puesto nuevamente en campaña para conseguir lo que mi hija jamás debió haber abandonado que es el consumo de ketoCal”, sostuvo.

La historia sigue repitiéndose una y otra vez sin un final feliz, las donaciones de aquellos corazones empáticos tratan que los días de esta pequeña guerrera sean más dignos. Pero claro, la responsabilidad es del Estado y es a este al cual se interpela.

“Son las mamás las que siempre nos tienden una mano, en este trayecto se han acercado muchos políticos para ponerse a disposición, pero ni yo ni mi hija nos aferramos a las promesas que suelen aparecer acompañadas por la infaltable “fotito”. Voy a remover cielo y tierra para volver a tener lo que jamás me faltó hace poco más de dos años, los problemas arrancaron con la asunción de este gobierno”, indicó Mónica.

Alejandra con la ingesta de KetoCal

Tres hijas discapacitadas hacen rebalsar de amor a un hogar que lejos de pensarse apesadumbrado, posee una energía maravillosa, aquella que solo los seres íntegros y no contaminados con sentimientos oscuros lo pueden lograr.

Para finalizar la charla Mónica Gutiérrez dejó un claro mensaje para las autoridades nacionales y la sociedad en su conjunto: “No quiero que se abra una cuenta bancaria a mi nombre, quiero obtener lo que el Estado debe brindarnos y nos corresponde.  Nos han dejado desamparadas y han puesto a mi hija en el papel de conejillos de indias, algo repudiable e inhumano”, concluyó.