Por David Narciso

La falta de pago de certificados de obra y un interminable proceso de readecuación de precios del contrato vigente mantienen paralizadas desde hace más de 6 meses la urbanización del barrio Travesía, continuidad de lo que originalmente fue el Programa Sueños Compartidos o barrio de las Madres de Plaza de Mayo, en avenida Sabin (Travesía) y Juan José Paso.

El proyecto consiste en la urbanización del barrio Toba de zona norte, con viviendas que se levantan en el mismo lugar donde estaban las casillas (https://www.rosario.gov.ar/web/ciudad/obras-publicas/transformaciones-integrales-barriales/bo-travesia).

Durante la última década se construyeron 256 viviendas en el predio de Travesía y Juan José Paso con toda la infraestructura urbana necesaria (calles, electricidad, cloacas, desagües y agua), la escuela San Juan Diego, la comisaría 24 y un Salón de Usos Múltiples.

La segunda etapa se ejecuta en un predio ubicado más al norte, detrás del club Argentino y el barrio Nueva España. Se llegaron a ejecutar unas 200 casas y ahí la empresa constructora, Pecam SA, plantó bandera.

Situación precaria

“No quisimos dejar las cosas a medio hacer, así que avanzamos hasta un punto y dejamos eso terminado a donde está ahora. Decidimos no iniciar la última parte por atraso en la redeterminación de los valores del contrato que hace Nación, proceso que entendemos que ya debería estar en su parte final”, explicó Ricardo Griot, principal directivo de Pecam.

Lo que falta construir en la última etapa es un remanente de entre 38 y 44 viviendas (según la fuente que se consulte), los pavimentos, parte de la infraestructura y equipamiento comunitario: un centro comunitario, un centro de salud y un destacamento policial.

Conclusión recorrió en estos días los últimos bloques de viviendas habilitadas y se puede observar que las calles son de tierra, las mismas que su usaron durante la obra y en algún caso no más que una huella que pasa entre medio de las construcciones. Si viene sas familias pudieron tomar posesión, las casas quedaron dentro de una especie de barrio o sector cerrado, ya que para ingresar desde Sorrento, a través de la calle Antequera, hay que transitar una huella en medio de un descampado y cruzar la línea el alambrado de obra que permanece a la espera de la reactivación.

Griot aclaró que la pausa se consensuó con la Municipalidad de Rosario, que es la que ejecuta el proyecto en la medida que llegan los fondos de Nación.

Deuda millonaria, contrato atrasado

Hay otro dato central en esta historia: además de la readecuación del contrato, Nación acumuló certificados impagos a Pecam por “alrededor de 50 millones”, según confirmó Griot.

“Sí por supuesto que nos genera problemas financieras porque es una cifra muy importante. Pero más que la deuda, que algún día se cobrará, el mayor problema es la imposibilidad de trabajar con valores de contrato de dos años y medio atrás. En un país con inflación y atraso de pagos es imposible. Por eso quisimos trabajar hasta un punto, dejar todo acomodado y no reiniciar hasta esperar la redeterminación del contrato”.

Según el empresario, “el actual gobierno cambió el sistema de redeterminación de contratos y el proceso resultó más lento de lo que se esperaba. Además como este contrato era del gobierno anterior, seguramente lo miraron un poco más en detalle”.

No sólo viviendas

La paralización de esta última etapa repercute en todo el proyecto. Además de la situación de precariedad urbana en la que quedaron parte de los nuevos edificios, las viviendas que faltan construir están destinadas a familias asentadas en un núcleo  de ranchos de chapa ubicados sobre Juan José Paso (margen norte) y a la par de las vías del ferrocarril, donde hay además escombros y restos de construcciones que se fueron desarmando a medida que se realizaban las mudanzas para que no vuelvan a ser ocupados.

Esa situación de parálisis impide acondicionar Juan José Paso entre Sabin y las vías, incluida la construcción de la segunda mano de esa avenida. Hace tres años, la Municipalidad concluyó trabajos de urbanización básicos en el asentamiento sobre la margen sur. Abrió un puñado de cuadras, iluminación y concentró trabajo social con las familias.

Conclusión contactó a distintas fuentes para este informe, pero no logró ninguna voz oficial sobre la situación del Barrio Travesía, ni de parte del Servicio Público de la Vivienda, que es la comitente de la obra, ni de voceros locales del gobierno nacional, quienes dijeron no estar al tanto del estado actual de las negociaciones.

Historia interminable

El barrio Toba de zona norte comenzó a formarse a mediados del siglo pasado con la acentuación de flujos de migración interna hacia las grandes ciudades.

En 2010 el gobierno nacional le dio prioridad a la urbanización a través del naciente Proyecto Sueños Compartidos, que administraba la fundación del mismo nombre, cuyos hilos manejaban los hermanos Schoklender con el respaldo y el prestigio de la Fundación Madres de Plazo de Mayo.

En 2012 la Fundación quebró y quedó en medio de un escándalo político y judicial. La Municipalidad de Rosario gestionó la reactivación de las obras. Se acordó que Nación seguiría enviando los fondos a la Municipalidad y la empresa Pecam se haría cargo de retomar la construcción.

En 2016, con el cambio de gobierno los giros de Nación se fueron haciendo más espaciados hasta que a mediados del año pasado, con 50 millones de deuda acumulada y un contrato con valores sin actualizar se empujó a la empresa a detener los trabajos hasta hoy.

La intendenta municipal recorrió las obras el 2 de enero de 2015 y el 11 de enero de 2016 destacando el avance de obra del proyecto. En 2017 los voceros del PRO, sus candidatos y concejales una y otra vez mencionaban a barrio Travesía como una de las grandes obras de la Nación en Rosario dentro de otros proyectos de urbanización, como Deliot, Itatí, Villa Moreno y Cerámica, todos nacidos en la época del kirchnerismo y continuados por la actual gestión.

La diferencia es que éstos últimos tienen financiamiento asegurado a través de líneas de créditos internacionales del Promudi, Banco Mundial, BID y Birf. Barrio Travesía depende del presupuesto nacional, que está sometido a un feroz proceso de ajuste, paralizando incluso proyectos de obra pública. Según los datos del propio Ministerio de Economía de la Nación, en enero los gastos de capital se redujeron un 40% con respecto a enero de 2017 en términos nominales, es decir que en la práctica es superior porque falta agregar el 25% por ciento de inflación anual.