Hebe de Bonafini habló en la puerta de Madres de Plaza de Mayo ante un gran número de personas  a horas de conocerse la orden de detención en su contra por no presentarse por segunda vez a indagatoria en la causa Sueños Compartidas. La militante por los derechos humanos manifestó: «Esto es lo que las Madres queremos, un pueblo en las calles, movilizado, feliz. Les agradezco a todos los que se movilizaron porque eso es lo que necesitamos. Y la movilización de los pueblos eso es lo que los  libera. No vamos a dejar que sigan avanzando sobre nosotros. Así que Macri, pará la mano», afirmó de Bonafini.

En el acto se encontraban presentes el ex vicepresidente Amado Boudou, el ex ministro de Economía Axel Kicillof, el dirigente social Luis D’elia y el diputado nacional Andrés Larroque.

El ex ministro de Economía, Axel Kicillof, habló ante la gente y afirmó: «Poco a poco la sociedad argentina va cayendo en la cuenta de quiénes nos gobiernan. La noticia es que en la Argentina los perseguidos son los luchadores populares, no son más los represores. Son los que levantan la bandera de las mayorías populares». A lo que finalizó: «El proyecto de Macri solo se sostiene con la represión de los que luchan».

D’elia, por su parte, mencionó: «Las abuelas son la reserva moral más alta que tiene la Nación Argentina. Le decimos al partido judicial, a los medios hegemónicos, a este régimen macrista que está atrás de todo esto que no van a poder para la lucha popular. Hoy nos sentimos profundamente lastimados. Madres, sepan que ustedes han iluminado la noche más terrible que tuvo el pueblo argentino».

En horas de la tarde, el juez Marcelo Martínez de Giorgi declaró “en rebeldía” a la referente de derechos humanos y dispuso un pedido de detención por no presentarse por segunda vez a indagatoria en la causa Sueños Compartidos.

Poco antes de que Bonafini salga hacia Plaza de Mayo para encabezar la tradicional ronda de los jueves, efectivos policiales un cordón policial trató de evitar la partida de su automóvil, pero el vehículo logró esquivar el operativo transitando por la vereda.

 

El incidente se produjo después de que Bonafini se negara por segunda vez a concurrir al juzgado federal que encabeza Martínez de Giorgi para prestar declaración en el marco de la causa Sueños Compartidos. El tumulto con los uniformados se desencadenó frente a la asociación que lidera Bonafini, en Hipólito Yrigoyen 1584 en la zona del Congreso, luego de que una autoridad policial se presentara en el lugar alegando que tenía una orden de allanamiento, aunque ese operativo finalmente no se concretó.

A su vez, la titular de Madres de Plaza de Mayo aseguró hoy en Plaza de Mayo que enfrentará “a esta justicia corrupta” al tiempo que señaló que no teme ir presa. Leyó la carta dirigida al juez y luego aclaró: «No sé qué va a pasar, hasta donde son capaces de ir, pero con el mismo valor que mis hijos enfrentaron todo lo que les tocó pasar y con la misma bronca pero seguridad de que el único camino es el proyecto nacional y popular que conduce Cristina vamos a enfrentar a la Justicia corrupta que también la quiere poner presa a ella».

«No tengo nada que ocultar. Si nos quieren llevar presos, que nos lleven, no les tenemos miedo a estos hijos de mil puta”, sostuvo Bonafini tras realizar la tradicional ronda de los jueves alrededor de la pirámide de la Plaza de Mayo. En tanto, un nutrido grupo de militantes escuchó y aplaudió a la presidente de Madres. Los mismos habían realizando un cordón humano en torno a la Pirámide de Mayo e impedido que las fuerzas llegaran a la presidenta de Madres.

La causa

Hebe de Bonafini se encuentra imputada en la causa denominada Sueños Compartidos, a cargo del juez Marcelo Martínez de Giorgi. En la investigación se señala que la empresa Antártica Argentina SA, propiedad de Sergio Schoklender, se usó como pantalla para desviar por lo menos 4.835.425,22 de pesos destinados a la Fundación Madres de Plaza de Mayo para la construcción de viviendas sociales. En la denuncia se indica que cheques cobrados al Estado por la Fundación de las Madres eran endosados a nombre de la empresa Antártica Argentina, y que luego el dinero era retirado por ventanilla en un banco de Villa Crespo.

Las viviendas eran construidas por la empresa Meldorek S.A., propiedad  de Schoklender, quien habría utilizado los fondos para otros fines.

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