El gobierno bonaerense pidió hoy que se denuncie el tráfico ilegal de fauna silvestre, ya que puede conducir a la extinción irremediable de la especie y dañar gravemente los ecosistemas naturales, además de causar posibles heridas o muerte tanto a las personas como a los animales que capturan y trasladan.

El Ministerio de Agroindustria informó que quienes deseen denunciar el tráfico de fauna silvestre pueden concurrir a la Dirección de Flora y Fauna, ubicada en calle 12 esquina. 51, Torre I, 5° piso, de la ciudad de La Plata, comunicarse al (0221)429-5206/36 o enviar un email a [email protected].

Un caso registrado en los últimos días volvió a alertar sobre este tema, cuando un mono carayá que trata como mascota una familia de la localidad de Ringuelet lleva meses suelto metiéndose en las casas, en los negocios y hasta fue visto dentro de la escuela primaria 60 de La Plata.

«Las especies silvestres viven libres en la naturaleza de manera independiente del hombre para su reproducción o su alimentación, que abarca las poblaciones libres o cautivas (como leones o tigres)», a diferencia de las que «surgen porque el hombre los domesticó», un proceso que «dura cientos de años y atraviesa muchas generaciones», explicó la cartera de Agroindustria en un comunicado.

El comportamiento responsable es evitar la compra de animales silvestres como mascotas, teniendo en cuenta que algunos animales silvestres son transmisores de enfermedades como tuberculosis, herpes, psitacosis, toxoplasmosis y filariasis.

Además, la conducta de los animales silvestres es impredecible y cualquier situación desconocida para ellos podría generar un comportamiento agresivo que produzca daños, por lo que en muchos casos es motivo de abandono del ejemplar, advirtieron.

A partir de denuncias en las que la Dirección de Flora y Fauna provincial viene trabajando, la Estación de Cría de Animales Silvestres (ECAS) recibió 300 ejemplares vivos de loros habladores de 600 que fueron secuestrados por Gendarmería en San Nicolás en un operativo de tráfico ilegal, y la mortandad fue del 50 por ciento.