Las empresas energéticas incrementaron sus ingresos por ventas 995% en promedio entre 2015 y 2018, lo que les permitió ampliar sus márgenes de rentabilidad en grandes magnitudes.

Los tarifazos acumularon alrededor de 2.200% en el caso del gas y superaron el 3.000% en el de la luz. Mientras, se liberalizó el precio de los combustibles. Desde 2016, el énfasis en materia de energía estaba puesto en recomponer las tasas de rentabilidad de las empresas del sector y así impulsar los niveles de inversión y producción para lo cual se recurrió a la dolarización de las tarifas de la energía. Como contracara, esto golpeó el poder adquisitivo de los hogares e implicó un aumento de los costos para las empresas industriales, agropecuarias y de servicios, lo que significó «un combo letal para la actividad.

El resultado fue un alza promedio del 995% en tres años de los ingresos por ventas de las energéticas privadas, mientras la inflación acumuló 157%. La estatal YPF fue la firma con menor aumento de ingresos (179%) aunque aún así avanzó en términos reales. Las más beneficiadas fueron TGN, con una suba del 1.475%; Pampa Energía, del 1.437%; y Edenor, del 1.372%.