Por Gisela Gentile

El pasado viernes 17 de enero, Fernando Báez Sosa encontró la muerte gracias al accionar salvaje de un grupo de jóvenes que cobardemente lo agredieron hasta quitarle la vida. Fernando solo tenía 18 años, había viajado a Villa Gesell para pasar un fin de semana con sus amigos, topándose intempestivamente con una manada que no dudó en poner a prueba su virilidad y “hombría”.

Sin dudas este aberrante hecho nos generó un sinfín de reflexiones en torno al rugby, a sus deportistas, a las instituciones y al mensaje que esta disciplina inculca. Pero ¿podemos quedarnos con los supuestos valores del rugby? ¿Alcanza con eso? La respuesta se inclina hacia una negativa que busca escudriñar en lo más profundo de las mentes violentas.

Por ello, debemos realizar una lectura más profunda acerca de todo lo que aún falta por hacer en el mundo del deporte. En este marco, Conclusión dialogó con Federico Lande, psicólogo especialista en temas ligados al deporte y la actividad física con el fin de entender que la formación de un deportista excede los metros geográficos de una cancha.

Yo no podría cargarle las tintas al deporte en sí, ya que existen muchos otros contraejemplos acerca de como el rugby ha generado cambios profundos en las sociedades. Uno de ellos es el de Mandela, que mediante el mismo pudo generar un cambio a nivel social, basado en las diferencias de clase, color de piel, acercando a la gente y encontrando en él, una herramienta social. Otro ejemplo valedero es la utilización del rugby como un instrumento de inclusión en las cárceles rosarinas y del resto del país, de ese mismo modo percibo el deporte, como una herramienta social”, enfatizó Lande.

Si bien no se debe estigmatizar un deporte, es menester realizar una lectura amplia del momento que atravesamos como sociedad, “la vida del deportista siempre es corta, pero el sentirse deportista dura para toda la vida. Allí es donde en el marco de lo sucedido, reflexionamos qué pasa con el deportista fuera de la cancha”, sostuvo.

Hay que lograr ver al deportista de una manera integral, saber cómo es la vida, la formación de ese jugador fuera de la cancha. Dentro de los clubes existen ciertas legalidades y límites, es allí donde el trabajo del psicólogo toma importancia, más teniendo en cuenta que las mayorías de la instituciones no los tiene. Allí nuestra labor tiene sentido, en la formación del deportista integral no solo basado en el rendimiento”, indicó el psicólogo.

Es el momento de realizar ciertas críticas dentro del rugby para forjar cambios beneficiosos. “Existen otros deportes como las artes marciales, en donde también se utiliza el cuerpo y la fuerza, pero existe otra conciencia y el trabajo del cuerpo del deportista fuera de la zona de competencia, va por otro lado, ya que hay una especie de filosofía que lo sostiene. No dudo que el rugby la tenga, pero creo que sería un buen momento para que aquellos ligados a dicho deporte se planteen hacia dentro que está pasando”.

En torno a la importancia de la presencia de psicólogos en el mundo deportivo Lande agregó, “nuestro labor es muy amplia, no es sólo que los equipos ganen o que el deportista sea el mejor, si bien es importante, no es lo único. Nuestro trabajo tiene que ver con la formación global y holística”.

No podemos quedarnos a mitad de camino argumentando que el deporte transmite valores, “los trasmite dentro de los clubes, dentro de las canchas, pero también debería hacerlo hacia afuera. Es allí donde el deportista debería estar formado en torno a la influencia que tiene a nivel social que es muy impactante. Tengamos en cuenta que hoy por hoy, muchos deportistas llevan vidas de artistas, toman decisiones políticas, generan ONGs, tienen fundaciones, logrando así un impacto social, por ello nos preguntamos nuevamente qué pasa con los deportistas fuera de la cancha”.

En torno a la masculinidad exacerbada que nos muestra el rugby, el psicólogo disparó: “Tuve la oportunidad de trabajar con el equipo femenino del club Universitario, en donde realicé una labor más extensa con las capitanas, allí pude lograr una experiencia muy enriquecedora. Las mujeres deportistas me demostraron que el rugby no es sólo esa actitud ligada a lo <masculino>. Cuando la relación es fluida, uno termina aprendiendo más de lo que enseña, ya que las chicas del rugby me enseñaron sobre la deconstrucción propia, en el sentido más amplio de la perspectiva de género en el deporte, por ello sigo defendiendo al deporte en sí”.

En la actualidad y luego del avance del movimiento feminista en los diferentes ámbitos, se han comenzado a realizar capacitaciones en perspectiva de género. El deporte no debería quedar de lado ya que cumple un papel muy importante en la sociedad. “Particularmente según la intención que tengan los dirigentes y los deportistas, vamos a ir generando espacios de reflexión y acción sobre perspectiva de género y otras dificultades que vamos teniendo como por ejemplo, las adicciones, trastornos de alimentación y demás. Estamos avanzando en torno a género pero existe un atraso generalizado, consultándolo con otros colegas no se aborda este tema como tantos otros”.

La mayoría de los clubes redunda en algo que es muy cercano al coaching con anclaje en el rendimiento, “el tema de ganar, de ser un mejor deportista, está buenísimo, pero no es suficiente. No es solo el éxito o el fracaso, el abordaje psicológico es muy importante ya que la idea es pensarlo como un ser integral”.

En cuanto al coaching, considero que en muchos casos la incumbencias superan las capacidades de resolverlo, es decir, que estando frente a un grupo aparecen situaciones a resolver como por ejemplo la perspectiva de género, y seguramente no se ha tomado, ya que he visto diferentes programas y no se tiene en cuenta esto. Muchos ex deportistas son coaching y rápidamente ingresan a los clubes, saben mucho del juego y la competencia, pero otros temas relevantes como los anteriormente nombrados no se tratan”.

Para finalizar, Federico Lande reflexionó, “no tiene que ver con la intervenciones en sí en los diferentes clubes, sino en qué intervenimos, allí es donde nos preguntamos si tomamos el rendimiento o la persona”.