Por Gisela Gentile

En el marco del día mundial de tolerancia cero con la mutilación genital femenina, este viernes 7, se brindará una necesaria jornada de reflexión en torno a este tema. La misma tendrá lugar en el Auditorio Central CEMAR, San Luis 2020 (1°piso) desde las 8.30 a 13. Este valioso encuentro será coordinado por los doctores Enrique Mesa, Gustavo Baccifava y Guillermo Carroli.

Cuando hablamos de mutilación genital femenina, la mayoría de las personas la asocia a las aberrantes prácticas llevadas a cabo en diferentes países del continente asiático, africano y Medio Oriente. Dicha mutilación está considerada una violación a los derechos humanos y sin lugar a dudas constituye una forma de violencia de género hacia las mujeres.

En la actualidad son muchos los países que han mancomunado esfuerzos para concientizar, visibilizar y detener este tipo de prácticas justificadas con cuestiones ligadas a la cultura y religión. Se estima que unas 200 millones de mujeres de entre 15 y 49 años, 1 de cada 20,  han sido sometidas a la mutilación genital según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Si se mantienen las tendencias actuales, más de 40 millones serán mutiladas de acá a 2030, de acuerdo con un reciente informe de la organización Plan Internacional.

¿Pero qué sucede de este lado del continente? Si bien algunas comunidades aborígenes de América las practican, hoy en día podemos afirmar que las mutilaciones genitales femeninas se dan en gran porcentaje en Hospitales e instituciones privadas bajo la cotidiana práctica llamada episiotomía.

Con el fin de conocer con mayor profundidad de qué hablamos cuando la nombramos, y si realmente está recomendada, Conclusión dialogó con Enrique Mesa, jefe de Servicio de cirugía Tocoginecológica y miembro del equipo de gestión del Área de Atención Integral de la Mujer del Hospital Roque Sáenz Peña de Rosario.

La sociedad cree que este tema nos toca muy de lejos, y que este tipo de mutilaciones se dan en países como Asía y África, en donde las religiones y costumbres son muy diferentes a las nuestras. Lejos de eso, Occidente ostenta un triste record de episiotomías, la mutilación de Occidente”.

Una práctica compulsiva que lejos está de ser beneficiosa, “la episiotomía es un corte que se le realiza a la mujer en la vulva y vagina en el tramo final del parto. La misma se realiza con la <supuesta> idea que gracias a ese corte, llenamos de beneficios a la mamá y el bebé. Donde aparecen creencias tales como reducir el tiempo de trabajo de parto, favorecer el expulsivo y el nacimiento del bebe”, destacó.

La evidencia científica es lo que debería guiar nuestro accionar, y no lo que aprendimos 20 años atrás cuando éramos jóvenes estudiantes. La renovación constante de la evidencia científica de las últimas dos décadas, empuja a los profesionales a no realizar episiotomías, lejos de eso la realidad de los efectores de salud públicos y privados, indica que se realizan en más de la mitad de los nacimientos”.

Una estadística por demás de alarmante que pone en jaque la errónea información que circula desde hace años. “Lamentablemente un porcentaje muy bajo de las mujeres está empoderada en torno a que la episiotomía no es necesaria y de hecho es perjudicial. Esto tendría que ser unos de los datos que integre la ESI (Educación Sexual Integral), ya que ataña a la sexualidad, la reproducción y el futuro sexual de las jóvenes mujeres que padecen la episiotomía”.

El desconocimiento y la falta de información expone a las mujeres a un abuso de autoridad por parte de la medicina hegemónica, “imaginate que a una mujer se la trabaje desde el miedo, diciéndole que si no se le realiza un cortecito el trabajo de parto durará más, su bebé sufrirá o va a desgarrarse. Por ello las mujeres se rinden ante la presión y autorizan la realización de la práctica que está muy lejos de los beneficios que plantea”.

Las estadísticas son fundamentales para lograr un cambio de paradigma, “lamentablemente en el sector privado las estadísticas no existen y me detengo en esto ya que debería ser una exigencia, puesto que el porcentaje de episiotomías habla de la calidad de la atención médica en obstetricia. Suponemos que oscilan entre el 50 y el 80 % de los nacimientos por parto, de hecho podría decirte que es una práctica reglada en mujeres primerizas”.

En los hospitales públicos las estadísticas hablan por sí solas, “integro la gestión del Área de Atención Integral de la Mujer del Hospital Roque Sáenz Peña, allí las estadísticas indican que se realizan un 2.7 % de episiotomías, a partir de la reapertura de la maternidad trabajamos con un protocolo de <no episiotomía>. En torno a ese porcentaje brindado, te puedo decir que algunos jefes de guardias, que por suerte son los menos, la realizan pensando que dan beneficios. Por ello realizamos un arduo e incómodo trabajo con las carpetas de cada parto para dialogar con los jefes que aún las realizan para trabajar y tratar de ver los por qué, para de esa manera bajar las estadísticas aún más”.

Hace 10 años en el hospital Roque Sáenz Peña se realizaban un 33%  de episiotomías y hoy ese número bajó considerablemente a un 2.7, un porcentaje que sin dudas se ha logrado reducir gracias a un trabajo constante y militante en pos de los derechos de las mujeres gestantes.

Los planes de parto son fundamentales para resguardar la integridad de las mujeres, “en nuestra maternidad son respetados todos los planes de parto, lamentablemente en el ámbito privado son mala palabra y aquellas que lo representan son muy mal vistas”, enfatizó Mesa.

El rol del obstetra es activo en la acción y observación de los eventos naturales que van sucediendo en el parto, y proteger a esa mujer que está pariendo, significa no interferir innecesariamente en dicho el proceso”, relató el profesional.

Es de público conocimiento que en el hospital Roque Sáez Peña se asisten partos respetados, pero las mujeres no debemos aceptar que la minoría de los efectores públicos no respeten nuestros derechos. “No nos podemos quedar con los anecdótico de que un grupo de gente rara y hippie hacen otro tipo obstetricia en el <Roque>. En el hospital trabajamos bajo los lineamentos internacionales y con la más estricta ciencia, y eso es lo que la sociedad debe comprender y exigir de todos los lugares. Eso es lo que nos moviliza ya que queremos dejar de  ser ese lunar donde se atiende diferente”, añadió.

Por ello, y para que la violencia obstétrica no se siga naturalizando, son fundamentales las charlas en este sentido. “El objetivo de esta reunión son las mujeres, y fundamentalmente los derechos de todas ellas a no sufrir violencia obstétrica. Es necesario repensar la episiotomía, ya que la misma es un ladrillito en la pared de violencia obstétrica, ya que existen innumerables atropellos como recibir a pacientes sin un familiar, trabajo de parto atada a una vía, uso de oxitocina de rutina, no acceder al cambio de posición para parir, no permitir duchas o baños de inmersión, acompañamiento hasta en la cesárea, el regalo formidable del contacto piel con piel de mamá y bebé las dos horas siguientes al parto, e innumerables violaciones que se dan desde la obstetricia cotidianamente”.

Visibilizar para lograr erradicar todo tipo de violencia, “la salud tanto privada como pública intenta invisibilizarla, pero con este tipo de jornada pretendemos poner a la episiotomía en agenda de aquellos que gestionan la salud para de ese modo poder trabajar sobre los directores de hospitales y maternidades, con el fin de abordar este tema dentro de la violencia obstétrica.  Los controladores naturales de estos números deben ser las agrupaciones de mujeres y agrupaciones por los Derechos Humanos para generar consensos y compromisos”.

Una jornada que concentra muchas expectativas en lograr el tan ansiado cambio de paradigma. “Somos optimistas y tenemos la convicción de lograr transformaciones, por ello invitamos a todos los jefes de servicios de todas las maternidades, gestores de salud del gobierno municipal y provincial, mujeres en defensa de derechos humanos y todas las mujeres que sientan participar. La idea es realizar una interesante jornada y lograr consensos”, concluyó.

Imagen principal: Luciana Peinado