Todas las semanas se emite por el canal de YouTube de Conclusión un ciclo que buscará acercar la realidad, para poder interpelarla profundamente. Es por ello que Catalejo, a lo largo de treinta minutos, abordará diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

En este capítulo, Gisela Gentile y Alejandro Maidana dialogaron con Cecilia Bianco, integrante del área tóxicos del Taller Ecologista de la ciudad de Rosario. Con ella se profundizó sobre la contaminación por plásticos y la necesidad de reducir la utilización de este tóxico material.

Actualmente los océanos están repletos de plásticos; se estima que cada 5 kilos de peces hay 1 kg de plásticos. Y si nada cambia, para el año 2050 habría tantos peces como plásticos en los océanos.

Hoy se encuentran microplásticos en todos lados: en el agua embotellada, en los peces, en los hielos antárticos, en el suelo y en nuestros cuerpos.

Los plásticos son muy poco reciclables, a nivel global se estima que se recicló sólo el 9% de todo el plástico producido alguna vez. El resto está en basurales, rellenos sanitarios, en los mares o ha sido quemado. «Según distintas investigaciones se ha llegado a la conclusión que el 66% de lo que se arroja o descarta, se trata de plásticos. Ese porcentaje significa millones de toneladas, se cree que para el 2060 las toneladas de plástico estén rondando las 1.200 millones de toneladas. En la actualidad estamos muy complicados ya que el ambiente está refiriendo un profundo impacto, ya que el reciclaje refiere solo a un 9% de todo lo que se descarta», indicó Cecilia Bianco. 

El mayor problema lo representan los plásticos descartables: envases de bebidas, de alimentos y de otros productos de consumo, vasos descartables, etc. En Argentina los descartables son casi la mitad de la producción de plástico. Lamentablemente no existe conciencia real del profundo impacto de los mismos, en especial de los microplásticos, ya que, por su tamaño y fragmentación, terminan participando inexorablemente en las distintas cadenas alimenticias de los seres vivos que habitan el planeta.