Una vez más las calles del centro rosarino fueron copadas por cientos de personas para manifestarse bajo el lema “Ni un pibe menos por la droga”, en el marco del día internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico indebido de drogas.

A esos efectos se realizó una movilización que partió a las 15 desde el Monumento a la Bandera y Plaza Pringles, con dos columnas, para finalizar en la Plaza Montenegro.

Se exigieron allí medidas que los organizadores consideraron “necesarias en la lucha contra la problemática de las adicciones” que atraviesa la sociedad en su conjunto.

El Padre Fabián Belay -integrante de la organización «Ni un pibe menos»- habló con Conclusión sobre la gran convocatoria de la marcha y consideró que «son muchas las personas que están preocupadas por este tema» y que al involucrar tanto a los sectores religiosos, sociales y a las organizaciones e instituciones privadas, «es un tema que une».

«Hace alrededor de nueve años que empezamos con las marchas y año tras año fue creciendo», expresó Belay y añadió que hay instituciones que tienen treinta años en el abordaje de esta problemática.

Consultado sobre las políticas al respecto de las adicciones, el Padre indicó que se necesita un abordaje masivo de la cuestión donde los centros de salud, los barrios y las instituciones educativas ofrezcan propuestas.

 

«Es un tema que se tiene que abordar desde lo judicial, el tema de los capitales que financian esto, porque terminan muriendo los jóvenes de los barrios pobres, terminan presos los pobres y en realidad acá hay todo un sistema financiero que desfavorece y que oculta la raíz de este problema», dijo.

El integrante de la Asociación Nazareth, Vicente Bondi, manifestó a Conclusión que «la problemática de las adicciones es una cuestión que nos atañe a todos, no es algo que afecta a un determinado sector social. Lamentablemente en los sectores más vulnerables es donde peor pega».

En este sentido, Bondi sostuvo que «viven situaciones de extrema violencia, que en realidad son formas de visibilizar un problema mucho mayor reduciéndolo a situaciones como los ajustes de cuentas o las llamadas peleas territoriales. En los barrios lo peor del flagelo de la droga es la muerte y la violencia que viene aparejado a todo esto«.

Además, consideró que no hay que pensar que las adicciones son un problema que afecta solamente a los jóvenes, sino que afectan tanto a niños -por ser hijos de personas adictas-, como a adultos. «Es un problema de todas las edades, de toda la sociedad», dijo.

Y agregó que a nivel político «hay que tomar esta problemática en serio y hacer campañas sostenidas en el tiempo». Y en este sentido, consideró que es «primordial» la educación, la inclusión social, el trabajo y las oportunidades para toda la población.

«Si bien es un problema de salud, tiene aristas sociales, educativas, económicas, afecta a todos los espacios de la sociedad», concluyó Bondi.

La actividad fue convocada entre otras entidades por el Foro Adicciones Rosario, espacio que reúne a múltiples organizaciones de la sociedad civil, que hace tiempo vienen compartiendo experiencias de trabajo y desarrollando propuestas con el objetivo de fomentar modos de vida sana, plena y con igualdad de oportunidades.