Unas 15 mascotas son robadas por día en Capital y el conurbano bonaerense por bandas que las comercializan para ritos sangrientos, según un estudio publicado hoy por el Diario Popular.

La escena ocurrió en el Parque Pereyra Iraola de La Plata: dos niñas de unos 10 años caminaban por una zona boscosa cuando se cruzaron con los restos de un ritual, con velas, comida, cintas de colores y en el centro un perro degollado.

La realidad es que las autoridades no paran de recibir llamados al servicio de emergencias 911 de familias que padecieron el robo de sus mascotas, en la Ciudad de Buenos Aires, La Plata y el Conurbano.

Un estudio calcula que cada día se realiza un promedio de 40 ritos con animales, de los cuales 15 son perpetrados con mascotas que fueron raptadas de hogares.

El sacerdote Manuel Acuña, titular de la Iglesia Luterana en Argentina, reveló a Diario Popular los detalles de un estudio de campo realizado en las localidades del Conurbano, la Ciudad de Buenos Aires y La Plata, en relación a ritos donde se utilizan animales, lo que constituye un delito penal, pero al mismo tiempo tiene profundas connotaciones religiosas.

«Pedimos a las familias que tengan especial cuidado con sus mascotas, porque hay un extendido problema con grupos que practican brujería, hechicería, magia negra y magia roja, con la necesidad de contar con animales«, señaló el especialista.

Para Acuña, «el sacrificio es una pieza fundamental de muchos cultos, y de esa manera, matando animales, agradecen a las divinidades que siguen», precisando que «van en busca de la sangre para garantizar eficacia en esa tarea de índole espiritual que llevaron a cabo».

«No pueden faltar en los rituales, denominados ceremonias por sus practicantes, los sacrificios de animales como ofrendas directas a las divinidades. Los animales que más se utilizan son gallos, cabras, gallinas y palomas, pero crece el número de rituales que requieren de perros y gatos. Así, se genera un mercado oscuro de robo de mascotas para estas prácticas aberrantes«, dijo Acuña.

Al contextualizar el problema, Acuña indicó que «ya Rudolf Steiner escribió en su libro ‘El poder oculto de la sangre’ los fundamentos más importantes sobre la necesidad de muchos cultos de tener sangre para los rituales, diciendo que el mal es un enemigo de la sangre, y como la sangre sostiene y preserva la vida, el mal por consiguiente es el enemigo de la sangre».

«Los santeros, como llaman en Cuba a quienes practican rituales con animales, se defienden diciendo que en la Biblia hay muchísimas referencias de sacrificios, incluso, toman la situación de Abraham, que estuvo a punto de sacrificar a su único hijo para complacer a Dios. También sostienen que millones de animales mueren diariamente para el consumo humano, y que la cifra para sus rituales es ínfima. Lo cierto es que nuestro estudio identifica unos 40 rituales en Ciudad de Buenos Aires, La Plata y el Conurbano, de los cuales alrededor de 15 son perpetrados con mascotas robadas», explicó Acuña.