El último censo aéreo realizado en los alrededores de Península Valdés confirmó la presencia de 1.134 ejemplares de ballena Franca Austral en la franja costera del Océano Atlántico que va desde la desembocadura del río Chubut hasta el golfo San Matías.

El dato fue confirmado a Télam por el biólogo Enrique Crespo, quien está a cargo del laboratorio de mamíferos marinos del Centro Nacional Patagónico (Cenpat) con sede en Puerto Madryn que depende Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

«El último sobrevuelo se realizó el 9 de septiembre y abarcaron 620 kilómetros de costa que van desde la desembocadura del río Chubut hacia el norte, toda la península y sus golfos interiores» que son el Nuevo y San José, explicó Crespo a Télam.

El científico aclaró, sin embargo, que se estima que «son más las ballenas pero muchos ejemplares están en circulación» en la zona de la península ubicada en el extremo noreste del Chubut que tiene en el mapa la forma característica de un hongo que se introduce en el mar.

Este tipo de vuelos se realizan desde 1998, cuando se comenzó a monitorear desde el aire la cantidad de ejemplares de «Eubalaena australis», tal el nombre científico de las ballenas francas.

En ese primer censo se habían contabilizado menos de 500 cetáceos, número que fue en incremento producto de las políticas de conservación que se tradujo en más población, diseminada en un área mucho mayor de cobertura.

En los últimos años, la preocupación de los científicos está puesta en las consecuencias del calentamiento global que podría hacer descender la población de krill, base alimentaria de las ballenas.

La importancia de la alimentación es por el nivel de grasa que deben acumular las madres que llegan a Península Valdés para realizar el ciclo vital de parición y amamantamiento de las crías.