El Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic), ubicado en la ciudad de Ushuaia y dependiente del Conicet, descartó hoy la utilización de «gas fosfina» para la erradicación de conejos en las inmediaciones del edificio del organismo, confirmaron fuentes oficiales de la entidad.

La decisión se conoce luego de la polémica generada con entidades protectoras que se oponen a la medida y que lograron una medida cautelar para detener la matanza de los animales.

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Si bien el Cadic-Conicet apeló la decisión del juez Federal de Ushuaia, Federico Calvete, de impedir el control poblacional de los conejos, aceptó que, si esa acción es permitida en el futuro, no utilizará el gas como elemento letal contra la especie considerada «exótica e invasora».

En su lugar, los conejos serán combatidos «con el método establecido por la autoridad de aplicación en el tema que es la Secretaría de Ambiente de la provincia, con la que estamos trabajando en conjunto», explicó el director del Cadic, Gustavo Ferreyra.

El organismo científico anunció en mayo que la proliferación de conejos en inmediaciones de su edificio estaba erosionando el suelo y generando inconvenientes ambientales, por lo que pondría en ejecución un plan de control de la especie, incluyendo la utilización de gas fosfina.

A raíz de ello, la Asociación de Abogados y Funcionarios para la Defensa de los Animales (Afada) y la Asociación Amigos del Reino Animal Fueguino (Araf) presentaron ante la justicia una medida cautelar a la que hizo lugar Calvete en julio, prohibiendo la matanza de los animales.

Además, el juez aceptó una «propuesta alternativa» de las protectoras, consistente en la captura de los conejos con jaulas-trampa y su traslado a un predio especial donde serían esterilizados por un veterinario.

Para ello se realizó una audiencia donde las partes (incluido el gobierno provincial y el municipio) no se pusieron de acuerdo en la aplicación de ese plan, al que desde el Cadic consideran «inviable».

Según el organismo científico fueguino, la clave de la discusión consiste en reconocer al conejo como una «especie exótica invasora que pone en riesgo el patrimonio natural, cultural e histórico de Tierra del Fuego, así como la salud de sus habitantes».

«El principal motivo para tomar medidas urgentes es ecológico. La invasión de conejos es una amenaza concreta para las especies nativas, para el suelo en el que se desarrolla la vida de otros organismos, para la salud humana y para el patrimonio histórico de la provincia porque se afectan yacimientos arqueológicos», detalló el Cadic en un comunicado difundido hoy.

También, expresó que la entidad «no tiene una postura intransigente, autoritaria o cerrada al diálogo» y que «no se avanzó con ninguna acción hasta tanto se resuelva el conflicto».

Respecto del gas fosfina, el director del Cadic explicó que, a raíz de la decisión del juez, les pidieron que no empleen esa sustancia y, en ese sentido, indicó que están «cumpliendo con ese requerimiento».

Las asociaciones protectoras también denunciaron un intento de las entidades científicas por «silenciar el debate» a través de un pedido al Juzgado de que «todas las actuaciones sean de carácter reservado».

Sin embargo, desde el Cadic lo desmintieron: «No se realizó ningún pedido de reserva de las actuaciones del expediente. Es falso que se pretenda ocultar la información a la prensa y a la población», aseguró.