El cadáver de un animal marino no identificado ha sorprendido a los vecinos de Dinagat, una isla de Filipinas, al varar en una de sus playas. El animal mide cuatro metros y medio y se encuentra en estado de descomposición. Se trata de un ejemplar extraño que nadie, hasta el momento, ha logrado identificar. Aunque la Oficina de Pesca y Recursos Acuáticos de Filipinas cree que podría tratarse de un manatí.

El organismo ha tomado muestras para determinar en un laboratorio de qué animal se trata y cuál fue la causa de su muerte. Pero aunque se confirme que es un manatí, no podrá darse por resuelto el misterio. Se trata de una especie que no habita en los océanos Pacífico ni Índico, los dos más próximos a Filipinas, puesto que prefiere aguas más cálidas.

En la región sí habita un pariente del manatí, los dugones, pero son mucho más pequeños, ya que no suelen sobrepasar los tres metros. Y es que dentro del orden de los sirenios, al que pertenecen ambas especies, solo se conoce una especie de gran tamaño que viviese en aguas frías: la vaca marina de Steller, un animal descrito en el siglo XVIII y que se considera extinguido desde entonces.