Un informe elaborado por el consultor técnico Marcos Rostagno enumeró mitos y verdades sobre el uso de antibióticos en producción y salud animal.

En un reporte para Elanco, el especialista describió lo siguiente:

Mito 1: No se requiere la tecnología para la producción de alimentos.

El desconocimiento y la desinformación hace suponer que cuando nuevas técnicas o medicamentos como los antibióticos se introducen en el ámbito de la producción de alimentos, éstos sufrirán modificaciones nocivas o perjudiciales para la salud animal y humana.

Sin tecnología no habría seguridad alimentaria y nos enfrentaríamos enfermedades, plagas y pandemias que afectarían tanto a los animales como al ser humano.

Mito 2: La industria farmacéutica veterinaria utiliza antibióticos de uso combinado (sirven para los animales y para los humanos) y eso genera resistencia y «superbacterias».

La industria veterinaria se encuentra en un momento crucial de expansión; si bien actualmente, se usan unos pocos antibióticos que comparten la clasificación con los humanos (denominados de uso compartido), las compañías líderes están trabajando para promover y utilizar sólo antibióticos de uso exclusivo en animales.

Por otra parte, la llamada resistencia a los antibióticos por parte del ser humano no está vinculada a la ingesta de proteína animal porque los antibióticos suministrados a un animal para tratamiento o prevención no llegan a la carne ya que hay período de carencia antes de la faena.

Mito 3: El uso de antibióticos en producción animal es nocivo.

En realidad el uso de antibióticos en animales es la herramienta con la que cuentan hoy los veterinarios para protegerlos de enfermedades y tratarlos cuando enferman. Pensemos en una granja de 25 mil pollos, ¿qué sucedería si uno de ellos se enferma? Rápidamente afectaría a toda la población al no poder prevenir la transmisión o contagio entre la población animal de un mismo espacio productivo.

Mito 4: La resistencia a los antibióticos es consecuencia de los sistemas intensivos de producción.

Hay bibliografía que muestra que desde mediados del siglo XX, algunos científicos como Alexander Flemming ya estaban preocupados por la resistencia de algunas bacterias a los antibióticos disponibles, que forma parte del ecosistema. La resistencia a los antibióticos es un mecanismo de defensa natural de las bacterias.

Ciertamente, el mal uso y abuso en el empleo de antibióticos tanto en salud humana como en la animal han agravado la situación y es indispensable que regule y controle fuertemente para evitar males mayores.

Mito 5: No hay regulaciones que establezcan y controlen el uso de antibióticos por el poder de lobby de la industria farmacéutica.

Las regulaciones internacionales sobre empleo y prescripción de antibióticos son muy claras y estrictas y están basadas en estudios científicos de envergadura. La industria farmacéutica es una de las más reglamentadas en el mundo actual tanto en el área humano como animal.