Investigadores descubrieron que los gatos pueden distinguir sus nombres de otros sonidos aleatorios que suenan similares y, de esta manera, se comprobó que cuando los gatos no asisten al llamado humano es simplemente porque no quieren.

Según un estudio publicado en Scientific Reports, los investigadores realizaron varios experimentos para ver cómo reaccionaban los gatos cuando alguien pronunciaba sus nombres.

Para esto, las pruebas se realizaron en la casa donde habitan los animales, pero con los dueños de ellos fuera de su vista.

Los investigadores eligieron sustantivos con aproximadamente el mismo acento y longitud que el nombre del gato e hicieron que tanto el dueño del gato como un extraño los grabaran. Luego, pusieron el audio a los gatos con intervalos de 15 segundos entre cada sonido. El nombre del gato fue el último sonido.

Independientemente de quién estaba hablando, la mayoría de los gatos reaccionaron de alguna manera, moviendo la cabeza o levantando las orejas cuando se pronunciaban sus nombres.

Los investigadores concluyeron en que los gatos que viven en hogares comunes distinguen sus propios nombres de las palabras generales y los nombres de otros gatos.