El hecho ocurrió en Kazajistán, en las aguas turbulentas del río Sairan. Un hombre arriesgó su vida para salvar a su perro. Pero no lo hizo solo, ya que varias personas se unieron para ayudar al joven y su compañero.

El hecho comenzó cuando el perro cayó en las correntosas aguas del río. Entonces, su dueño no se resignó a perder a su fiel amigo y actuó rápida y temerariamente. No dudó en bajar al agua, y arriesgándose a ser arrastrado por ella tomó al perro del cuello e intentó retenerlo. Fue ahí cuando un grupo de personas procedió a colaborar y formaron una cadena con sus brazos para que tanto el perro como el hombre pudieron salir sanos y salvos de la situación.

Sin dudas un ejemplo de amistad, valentía y dedicación compartida. Porque como es sabido, la unión hace la fuerza y todo esfuerzo es en vano en solitario.