Por Graciana Petrone

Marea Editorial reeditó el libro de Lucio V. Mansilla “Una excursión a los indios ranqueles”, obra imprescindible en la historia de la argentina y en la literatura nacional. También destacada en su carácter de crónica, ya que el autor y militar escribía lo que veía, una suerte de novela autobiográfica que fue publicada por partes a modo de folletín.

En esta flamante edición, el periodista Saúl Sosnowski escribió el prólogo luego de haber realizado el mismo viaje que Mansilla al interior profundo cordobés en donde estaban las tolderías de los indios ranqueles.

“Su texto marca la última oportunidad que tenemos de construir el país con el indio, con el negro, no suprimiéndolo, sino incorporándolo”, señala Sosnowski en una entrevista reciente publicada en Télam. Y en la que dice también, que Mansilla “comprende el siglo XX treinta años antes de que empiece”.

Cronista, dandy y militar

En “Una excursión a los indios ranqueles” Mansilla relata sus vivencias, inquietudes y en donde  también hay epístolas que intercambia con sus amigos cuando era coronel y estaba al frente de las tropas fronterizas en Córdoba, –la zona más asolada por los indios que dan nombre a la obra–.

Siendo Domingo Sarmiento presidente de la república, Mansilla viaja como militar con la intención de saber más acerca de la vida de los indios, adentrarse en tierras desconocidas por los gobernantes, una situación que fue más notoria cuando terminaron los conflictos independistas y el problema para quienes gobernaban eran las guerras de frontera y el poco conocimiento sobre quiénes y cuántos eran los indios que habitaban territorio argentino a medida que se alejaban de Buenos Aires y se internaban en tierras aún sin recorrer.

La intención de Mansilla era conocer la cultura, usos, ideas, necesidades, lengua y religión de los indios, como también llegar “tierra adentro” para inspeccionar aquellas zonas por las que quizás en algún momento él mismo tendría que pisar con las tropas bajo su mando. Sin embargo, deja ver en una carta a su amigo que en realidad buscaba hacer un tratado de paz con la tribu, lo que finalmente consiguió.

Con tono irónico a veces, y en otras ocasiones coloquial, se ve en el libro el sesgo dandysta que identificaba al autor. No es el culto que se apropia de los usos del “otro”, como en la literatura gauchesca, sino que el autor habla con su propia voz, para los de su mismo linaje.

El libro fue publicado por partes en folletín, convirtiéndose en un clásico de la narrativa argentina y dejando un valioso legado de conocimiento sobre la vida de los indios y las tierras a través de sus relatos.

La igualdad del otro

La novela de Mansilla fue publicada en forma de folletín en el diario La Tribuna en 1870. Al respecto, la crítica y escritora Cristina Iglesia señala en su libro “Mejor se duerme en la pampa” que la obra se trata, quizá, del primer y único ejemplo de folletín autobiográfico siendo este “un injerto feliz y espectacular” de dos géneros que han perdido su vigencia. No obstante, la reedición y el derrotero del periodista Saúl Sosnowski demuestra que aún hay caminos por desandar en las páginas de Mansilla.

La relación entre el texto y los lectores fue expectante por parte de estos últimos que esperaban que los relatos fueran publicados en el periódico de la época. Dice Iglesia que la frivolidad, la amenidad y la audacia con la que escribía sus historias con los indios,  y también sobre su vida en la frontera, lograban captar el interés de los lectores.

El viaje y la frontera

Un largo derrotero a caballo en un contexto en que el ferrocarril, el barco a vapor y los avances tecnológicos empezaban a proliferar en la Argentina, también uno de los recursos que Mansilla utiliza para captar la atención.

El relato no es citadino. El autor parte de zonas alejadas de las grandes ciudades para entrar a caballo, por parajes desconocidos, e instalarse en la frontera. Su derrotero no comienza desde Buenos Aires sino desde Córdoba. Cuenta que se siente cómodo al habitar la frontera, al dormir en La Pampa.

Hombre viajado que se alojó en distinguidos hoteles del mundo asegura que “mejor se duerme en la Pampa”, un poco con ironía, pero parece disfrutarlo.

El indio, lejos de la barbarie

Para Mansilla el indio no es tan diferente a  los criollos y los blancos que viven en la frontera y discrepa entonces con Sarmiento respecto de “civilización y barbarie”.

Esa barbarie ya no es absoluta –dice Iglesia– ya que los indios de frontera trafican con blancos, buscan su protección ocasional y hasta conviven en las tolderías con cautivas blancas e hijos mestizos.

El indio que ya no se muestra como enemigo y también la vigencia literaria de un relato que, si bien se presenta como una novela, es una mezcla de distintos géneros entre los que se encuentra la crónica de viaje. Dos grandes temas que el periodista Sosnowski aborda en la presentación de la flamante reedición de Marea Editorial en el inicio de este año.