Por Santiago A. Fraga

Newell’s Old Boys tenía esta noche una chance de oro para mantener sus aspiraciones en la Copa de la Liga, ya que recibía como local a un equipo débil como Sarmiento, que llegó a este encuentro en zona de descenso y con más dudas que certezas futbolísticamente.

Sin embargo, la ‘Lepra’ volvió a demostrar una flojísima exhibición de juego y actitud, tal como en sus últimas dos presentaciones, y quedó una vez más notablemente en deuda con su público, que llenó el estadio Marcelo Bielsa e hizo sentir su enojo con la falta de respuesta de los jugadores en la cancha.

Por el empate previo entre Racing y Central Córdoba, si el rojinegro ganaba, quedaba automáticamente en puestos de clasificación a la Fase Final, fuese cual fuese el resultado de Godoy Cruz-Platense o el de Belgrano-Tigre.

Aún así, los jugadores volvieron a fallar y el equipo quedó relegado en la tabla, prácticamente cercenando sus chances de poder aspirar con jugar la definición del campeonato y concluyendo un año para el olvido, donde no estuvo a la altura de ninguna de las competiciones que disputó.

En este partido, nuevamente volvió a quedar demostrada la necesidad de contar futbolistas con ciertas características que hacen falta en el plantel. En este caso puntual, Newell’s necesitó de jugadores ya no solo capaces de romper líneas, sino con vocación para salirse del libreto e ir al frente contra la defensa juninense.

Dicha característica que generalmente garantiza un jugador como Armando Méndez, hoy hizo mucha falta, y solo algunos futbolistas como Francisco González u ocasionalmente Cristian Ferreira intentaron encarar a los marcadores.

Junto a ellos, Iván Gómez e Ian Glavinovich también se hicieron cargo de pedir la pelota y sacar el equipo adelante, mientras que Guillermo May realizó su desgaste presionando e intentando forzar el error rival en toda la zona de ataque.

Las principales jugadas de riesgo Newell’s las consiguió al encontrar a sus extremos abiertos y recortando hacia el centro para probar desde el borde del área con la pierna hábil. González en dos oportunidades y Balzi en otra fueron los únicos tiros de riesgo que tuvo la ‘Lepra’ en todo el primer tiempo.

En este aspecto, seguramente afectó también la temprana lesión de Ramiro Sordo, jugador con características para realizar esa jugada, que debió dejar la cancha a los once minutos para darle lugar al mencionado Balzi, un volante acostumbrado a jugar más por el centro, pero que esta vez debió ocupar la banda izquierda.

Por otro lado, y considerando lo anterior, el rojinegro demostró serios problemas en la salida, con Juan Sforza en un nivel muy bajo y con reiterados errores en general a la hora de dar pases o tomar decisiones.

Sarmiento, que llegó a Rosario con la obligación de sumar puntos al estar comprometido con el descenso, practicó un juego más bien cauteloso, con especial énfasis en presionar alto para también buscar el error leproso, algo que encontró en varias oportunidades, pero sin la claridad o la fortuna suficientes como para capitalizarlo.

En el segundo tiempo, el panorama fue mucho peor. El equipo se mostró partido desde un comienzo, innecesariamente amplio y con aún más problemas para conectar sus líneas, dejando como resultado a algunos jugadores como May muy solos y una ineficacia mucho mayor en los pases.

Con este bajón pronunciado del local, sumado a la intención conservadora del visitante y a interrupciones constantes por golpes, el partido entró en una meseta que se rompería recién cuando Sarmiento logró, por fin, capitalizar una chance.

Más precisamente, fue el único tiro al arco que tuvo, con una buena habilitación de Alan Marinelli para que Juan Cruz Kaprof, que había ingresado un minuto antes, defina en soledad ante la salida de Lucas Hoyos.

Previamente, Heinze había intentado mover las cosas al sacar un volante y poner dos puntas (Jorge Recalde por Ferreira) y al poner, por fin, a Méndez, aunque la pelota poco le llegaría en sus minutos en cancha.

Con el resultado adverso y el enojo muy presente de la gente, el ‘Gringo’ decidió mandar a los referentes a la cancha a dar la cara por el equipo. Así, Pablo Pérez y Leonel Vangioni ingresaron por Juan Sforza y Ángelo Martino.

Ya para la última media hora del encuentro, la fórmula fue intentar llegar por los costados y enviar centros al área, pero en ninguno de los casos llegaron a conectar con claridad para general algún peligro real en el arco de José Devecchi.

Aunque matemáticamente todavía la ‘Lepra’ siga con chances, lo cierto es que tanto hoy como en sus anteriores compromisos el rojinegro terminó por dilapidar cualquier ilusión que le quedase este año de pelear el torneo o de clasificar a la Copa Sudamericana.

Dirigentes, cuerpo técnico y jugadores deberán hacerse responsables de este mal año futbolístico, con la capacidad de autocrítica necesaria para reparar en los errores, barajar y dar de nuevo.