Por José Odisio

Ganó Newell’s. ¡Al fin! Diego Osella logró su primera victoria y el equipo mostró un buen rendimiento colectivo. Hubo individualidades en muy buen nivel. Y los hinchas, que llegaron al Parque golpeados, desencantados y con la paciencia al límite, se fueron con una sonrisa y un lógico deseo: ganar el clásico.

Y esa misión que sonaba imposible, al menos desde el raciocinio y no desde el corazón del hincha, ahora consiguió cierto sustento. Es que Mauro Formica mostró el camino poniendo la pelota al piso y siendo el conductor, Mateo se sintió más cómodo con Elías cerca, los laterales y Tevez abrieron la cancha, Maxi corrió y participó más, en una posición que le sienta mejor, y el pibe Fertoli entró con irreverencia y definió como crack.

Hay mucho para mejorar, porque la dupla de zagueros sigue inestable, en especial Cáceres, y ante Central un error puede ser la diferencia. Falta tener un poco más de peso en el área, para que esa sensación de dominio se vea reflejada en chances de gol.

Pero al menos hubo un cambio. De juego y actitud. Y en la semana previa al Clásico, son buenas noticias para el hincha de Newell’s, que por un rato dejó de lado el desencanto, y renovó la esperanza.