Pablo «Bebote» Álvarez, sindicado líder de la barra brava del club Independiente y sobre quien pesaba una orden de captura internacional, por el delito de «extorsión» contra el director técnico Ariel Holan, se entregó hoy ante la Justicia.

Según confirmó el director de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte bonaerense (Aprevide), Juan Manuel Lugones, el barra de Independiente «se entregó en Avellaneda».

«Es una buena noticia sobre todo para nosotros, que luchamos para que no haya violencia en el fútbol y por todos aquellos que se sintieron extorsinados», aseveró el titular de Aprevide.

En diálogo con el canal de noticias TN, Lugones añadió: «Le explicamos a la justicia lo que estaba pasando y en un par de días es bueno que esté preso. La denuncia fue por la privación ilegítima de la libertad de Holan y la buena noticia es que el barra más famoso de Buenos Aires está preso».

En tanto, fuentes policiales indicaron que Álvarez se presentó en la sede del Polo Judicial Avellaneda, junto a su letrado, y quedó disposición del juzgado de Garantías Nº9, a cargo de Luis Carzoglio.

La cara de Álvarez apareció ayer en la página web de Interpol entre las personas buscadas con pedido de captura internacional, mientras que un allanamiento en su casa no permitió dar con su paradero.

En la casa de Bebote -ubicada en Cabrera 3341- se secuestró el pasaporte, teléfonos celulares y elementos de interés para la causa, que se encuentra a cargo del juez Carzoglio, y de la fiscal María Laura Carballal.

El hecho ocurrió el jueves de la semana pasada alrededor de las 13.30 sobre el acceso Sudeste a la salida del club, cuando Holan iba en el Ford Focus de su ayudante de campo, Javier Telechea.

En ese lugar fueron interceptados por dos motocicletas y de una de ellas bajó el líder de la barra de Independiente, quien lo obligó a que le abriera la puerta del vehículo y se subió al mismo.

Tras ello, Bebote -que se encuentra prófugo de la Justicia- les ordenó que continuaran la marcha – seguidos de las motos y varios automóviles- y a la vez le exigió a Holan en tono hostil la entrega de 50 mil dólares, porque era «el único director técnico que no lo hacía».

Luego de circular durante unos quince minutos, Álvarez le ordenó que detuviera la marcha en la esquina de la avenida Debenedetti y Coronel Suárez de Dock Sud, descendió del rodado y se dio a la fuga junto a los sujetos que los habían acompañado durante todo el trayecto.