El arquero y referente de Rosario Central recordó a su ex entrenador en Gimnasia y Esgrima La Plata, el astro Diego Armando Maradona, con motivo del primer aniversario de su fallecimiento, aunque aseguró que aún le «cuesta hablar de él en pasado».

«Todavía me cuesta hablar del Diego en pasado, es duro. Me sorprendió como persona. Por su calidad humana, su sensibilidad, lo agradecido que era. Siempre veía su mundo como muy lejano, no pensaba ni siquiera en sacarme una foto. Y cuando hablaba con él o me llamaba por teléfono o me trataba con tanta naturalidad, no lo podía creer, todo era una locura», dijo Fatu.

En ese sentido, agregó que «con nosotros era uno más, no te hacía sentir que era Maradona. Y te hacía entrar a su mundo, le encantaba boludear y por eso también conmigo pegó onda», recordando que lo invitó a su cumpleaños 60: «Me llamó para que fuera a la mañana, que iba a hacer algo tranquilo, y yo nunca había ido a la casa. Imaginate mi cabeza, ¿qué le regalo? ¿Qué le llevo? ¿Quiénes estarán? No conocía a nadie, iba solo, esa noche dormí poco y nada».

«Cuando llegué me quedé en la parte de afuera de la casa y no conocía a casi nadie. Escuchaba que decían que el Diego estaba durmiendo, decían lo fuimos a despertar y no quiere saber nada. A mí se me hacía tarde porque tenía que ir a almorzar y después ir a la cancha, jugábamos a las 19. Entonces pregunté a uno de los asistentes si querían que fuera yo a despertarlo», relató el ‘1’.

La anécdota continuó: «Estaba tapado hasta arriba, acurrucado, en el medio de la cama. Me subo a la cama, me arrodillo y le empiezo a tocar el hombro, a sacudir un poco. Le digo dale, boludo, despertate, es tu cumpleaños. Y me decía que no. Le insisto: dale que ya no hay nadie, están los de siempre, dale porque te voy a levantar de los pelos. Y se ríe, pero me dijo no, Fatu, no, no me voy a levantar. Ahí ya está, listo, me di media vuelta y me fui».

«Pasaron dos minutos y se escuchó que se levantaba. Fue al sillón, estuvo con su hijo, se tomó un café, miró los saludos que le habían mandado en su Instagram y ahí arrancó», prosiguió Broun, una de las figuras en el último triunfo de 3 a 1 contra Atlético Tucumán.

Por último habló del día de su muerte: «Fue tremendo, estaba con mi mujer y mis tres hijos. Fue un silencio total. Esperaba que dijeran al final se descompensó pero está estable o algo así. Y de golpe mi hijo más grande, que no entiende nada de fútbol, que no le interesa y que ni siquiera había querido venir a conocerlo cuando fuimos todos, se larga a llorar», contó a Clarín.

Respecto al último adiós, expresó: «El Gallego (Sebastián Méndez, su ayudante de campo) estaba quebrado, destrozado. De ahí fuimos en micro a Casa Rosada y yo previamente llamé a uno de los asistentes de Diego para asegurarme. ¿El Diego está ahi? Porque veíamos en la tele la imagen del cajón y la gente que pasaba, dejaba flores, cantaba. Pero qué se yo, ¿será o no será? ¿Estará realmente ahí? Nosotros queríamos ir a donde estuviera el Diego. Y bueno, me confirmaron que sí, que estaba en el cajón».

«Yo fui el primero que entró, me recibió Claudia (Villafañe), saludé a Dalma, a Gianina, empecé a darles el pésame a todos. Y cuando llegué al cajón me quebré. Fue durísimo. Ver a toda la gente gritando, algunos llorando. Fuimos el último grupo de jugadores que estuvo con él y que lo hizo feliz», cerró Broun, de anterior paso por el Lobo platense, último club de Maradona.