Por Pablo Bloise

De Rosario al mundo, una vez más. “Cumplir un sueño que tienen miles de deportistas me genera un orgullo enorme y una responsabilidad muy linda”. Con esa frase, Cecilia Carranza le resumió a Conclusión lo que significa para ella la máxima cita del deporte mundial. La regatista rosarina se entrena desde fines del 2015 en Río de Janeiro, buscando llegar de la mejor manera posible a estos Juegos Olímpicos.

Es algo especial, pero no es algo nuevo para ella. La rosarina ya participó en las ediciones de Beijing (2008) y Londres (2012). En China, finalizó entre las doce mejores y con esa participación se convirtió en la primera mujer rosarina de la historia en clasificar, en Yachting, a las olimpiadas.

La regatista de 29 años, competirá en Clase Nacra 17 y entrena con el experimentado Santiago Lange desde 2013. “He aprendido muchísimo. Es un gran navegante y mejor persona. Estar al lado de él me hizo crecer muchísimo y me hace ilusionar con la participación que podamos llegar a tener. Estamos muy bien”.

— ¿Cómo te sentís en la previa de estos Juegos Olímpicos?

— Muy bien y muy contenta, falta poco para que arranque este sueño. El equipo está tranquilo. Realmente hemos trabajado mucho, pero lo único que queda ahora es seguir disfrutando. Ahora comienza la parte más linda.

— ¿Cómo vivís esta etapa de tu vida, a punto de representar al país por tercera vez en una olimpiada?

— Es una etapa muy especial. Estoy compartiendo esta experiencia con un gran equipo del cual he aprendido muchísimo. No solo con mi gran compañero, que tiene una gran trayectoria, también con todo el equipo de entrenadores. Todo lo que hemos vivido fue de gran aprendizaje.

— ¿Cuál es el secreto o qué te hizo mantener un nivel que te permitió estar presente en tres Juegos Olímpicos?

— No hay secretos. Cuando uno se plantea objetivos y trabaja para cumplirlos, siempre se puede llegar. Lo importante siempre es creer en uno mismo, en su equipo y trabajar duro. Es la única fórmula para poder lograr lo que uno se plantea en la vida, sea lo que sea.

— ¿Cómo está Río? Hay descontento por parte de varios deportistas…

— Nosotros estamos acá hace meses. Para mí, estar en Río es como estar en Rosario ya. Estoy muy alejada de lo que es la organización y la Villa Olímpica. En lo único que pensamos es en buscar la excelencia deportiva. No estoy al tanto ni me interesa mucho el tema. Ahora que todos van llegando, uno escucha un poco más y sé que hay descontento, pero son cosas que lamentablemente pasan. Sería todo más lindo si estuviese todo bien para competir, pero es lo que hay.

— En referencia a la actividad polideportiva a nivel nacional, ¿cómo ves a las disciplinas? ¿Se sigue haciendo complicado para un chico que quiere practicar un deporte que no sea de los más convencionales?

— Yo nací sin el Enard, y hoy existe. Creo que eso es un cambio en el deporte argentino. Hay más recursos económicos, pero igualmente se necesita un cambio de mentalidad. Hay que modificar y repensar la forma de trabajar y planificar a futuro. Debe haber un plan estratégico que, a mi parecer, no está hecho. Entiendo que ya hay cosas que se han mejorado y ojalá se pueda seguir por ese camino. Por ejemplo, veo a los chicos que navegan y tienen algunas facilidades que yo no tuve. De todas formas, para mí fue una ayuda no tener tantas cosas. Tuve que trabajar mucho para conseguir lo que tengo. Eso me hizo una gran luchadora en la vida y en el deporte.

— Y en tu disciplina, ¿cómo ves el nivel en Rosario? Desde los chicos que lo entrenan, hasta los profesores y formadores.

— Rosario es una gran sede de la negación a vela. Siempre ha tenido muy buenos navegantes y, obviamente, cuenta con un parque náutico impresionante. Hay muchísimo nivel, y eso es gracias a las instituciones. Pero siempre hay cosas para mejorar. Es importante también nuestro trabajo: los que tenemos trayectoria debemos ayudar a los que vienen desde más abajo. En referencia a los formadores, hoy solamente tenés que haber sido navegante para poder enseñar. Si se busca una mejora deportiva, eso debe cambiar y generar un sistema profesional que se extienda en todo el país, para lograr que todos entrenen de la misma manera y forjar grandes profesionales.

— ¿Cómo fue el entrenamiento en este último tramo previo? ¿Cómo llegan tanto vos como Santiago?

— Desde noviembre del año pasado viene siendo muy intensivo. Comenzamos a navegar luego de la operación de cáncer de pulmón que tuvo Santiago. Lo único que nos podíamos plantear luego de eso fue no bajarnos del barco, navegar y entrenar más duro que nunca. Creo que llegamos de la mejor forma posible.

— ¿Qué significa compartir esta experiencia con él?

— Es algo impresionante. Me pone en una situación especial de mi vida. Es de los mejores navegantes del país y es una gran persona. Compartir esta experiencia a su lado es algo para agradecer. Hoy en día soy una persona diferente y eso no es poca cosa.

— ¿Qué sentís al saber que, además de representar a la ciudad, estás representando a todo un país que te apoya, y que estas cumpliendo el sueño de miles de atletas?

— Para mí es una gran responsabilidad y un orgullo enorme. Lo hago con mucho placer y es muy lindo poder participar y ser el reflejo de otros grandes atletas que les gustaría estar acá. Espero poder ser un ejemplo de esfuerzo y perseverancia para ellos. Esos son los valores que debemos transmitir para que podamos cumplir nuestros sueños. Es una cuestión de trabajo y de creer en uno mismo. De esa manera, creo que todos podemos llegar.