Por Fabrizio Turturici

Central superó con lo justo por 2 a 1 a Arsenal en el Gigante de Arroyito, en un partido chato donde cumplió con el resultado pero sigue en deuda en cuanto al juego, ya que nunca pudo superar a un rival demasiado inferior que venía de perder por cinco goles y sigue sin sumar unidades en la presente Copa de la Liga, con apenas dos tantos a favor, uno de ellos hoy.

La obligación era ganar y lo hizo: ahora está con 7 puntos a uno de la clasificación a la próxima fase, que es el máximo objetivo, pero este contexto sirve para comprender que el triunfo del Canalla no habilita a tirar manteca al techo ya que con este nivel de juego se verá complicado en su próxima visita a Colón de Santa Fe, líder invicto y mejor equipo del torneo.

Es que los problemas defensivos volvieron a decir presente en la cancha de Central, que sufrió en el retroceso con una última línea lenta y adelantada en el campo de juego, sumado a un mediocampo que no frenaba los embates de frente. Y una cosa está clara: que el débil Arsenal no lo haya aprovechado no quiere decir que los agujeros no hayan estado.

En cuanto a lo individual hubo rendimientos para destacar, como el recorrido realizado por el delantero Patricio Cucchi, la presencia imponente en el área de Marco Ruben, las habilitaciones de Emiliano Vecchio y las participaciones en los goles de los dos debutantes, Nicolás Ferreyra en el primero -con la asistencia- y Martín Rabuñal en el segundo.

Lo más preocupante es que el conjunto de Arroyito no muestra una evolución en cuanto al funcionamiento sino todo lo contrario. Podría decirse que el primer Central del Kily, quien está hace más de ocho meses en el cargo, era más eléctrico e interesante en ataque; aunque la faceta defensiva se muestra más sólida, lo primero lo perdió notablemente.

Central ya jugó contra el peor (y ganó) y ahora deberá hacerlo contra el mejor (y ganar), para revalidar el proceso de un director técnico que viene siendo cuestionado por los propios hinchas. La levantada anímica y futbolística debe llegar para demostrar que este equipo está para más y no solo para ser un invitado a este torneo de bajo brillo.