Por Pablo Bloise, enviado especial a Córdoba

Tras un primer tiempo en donde reinó la imprecisión en ambos lados, Boca era un poquito más que un Central si juego y con graves errores en defensa. Sin embargo, el Canalla golpeó y desarmó la estructura de un Boca que quedó atónito.

La vuelta de Montoya le aportó la dinámica que le estaba faltando a este equipo. El chaqueño fue factor fundamental en las dos conquistas auriazules en la fría noche del Mario Alberto Kempes.

Ahora, el desafío lo tiene el Canalla, pero también Coudet. El Chacho debe saber mantener y sostener lo que su equipo consiguió gracias al amor propio. Debe corregir y mucho para lograr la clasificación a la semifinal.