Por Fabrizio Turturici

Central estuvo a la altura de unos cuartos de final de la Copa Sudamericana, pero no pudo superar a Bragantino en Brasil ni a las implementaciones tecnológicas del arbitraje, ya que le ahogaron dos festejos a Marco Ruben y perdió 1 a 0, con un global de 5 a 3 que lo deja afuera del segundo certamen continental en importancia.

Y ahora, consumada la eliminación copera y estando últimos en el torneo local, deberá pasar la página del pasado y poner cuanto antes sus energías en el presente y futuro inmediato, con el clásico a la vuelta de la esquina y la misión de sumar para que los promedios no vuelvan a transformarse en una real preocupación.

Con cinco derrotas en seis partidos disputados en la Liga Profesional, sin Copa Argentina ni otro próxima competencia internacional a la vista, el panorama es gris y el ciclo del Kily González se va quedando sin objetivos mayores, más allá de darle rodaje a los juveniles que es algo que hizo y está haciendo tal como le pidieron.

Sobre el desarrollo de juego de esta noche en el estadio Nabi Abi Chedid, el cuadro rosarino tomó la iniciativa y aunque así se lo exigía el marcador, desplegó un gran abanico de variantes ofensivas siempre manejadas por el tiempista Vecchio, quien había asistido a Ruben para el descuento, anulado por el VAR debido a una mínima posición adelantada.

A pesar de que el encuentro se había tornado de ida y vuelta, no sufría hasta entonces gracias a las sólidas actuaciones de Almada y Ávila en defensa, no así Martínez y Blanco por los laterales, quienes sufrieron los avances de Cuello y Artur. Pero cuando eso pasaba, allí estaba Ojeda, de enorme despliegue y figura total en la ciudad Bragança Paulista.

Es cierto que el local otorgaba enormes ventajas en su faceta defensiva, ya que cada transición canalla terminaba dentro del área y con posibilidades de gol, pero los nervios y el apuro jugaron en contra a la hora de las definiciones, y ni el posterior ingreso de Gamba (que siempre es un salvavidas) por Caraglio pudo darle la claridad que necesitaba.

La segunda parte se vio marcada entonces por un buen comienzo del elenco auriazul, extendiendo su plan de juego, hasta que los brasileños plancharon el partido haciendo tiempo y torcieron la dinámica gracias a un cambio en la estrategia: empezaron a presionar alto y cortaron los circuitos de juego encimando siempre a Vecchio.

Así Central se fue desinflando, quedando sin ideas futbolísticas ni resto físico para ir a buscarlo, hasta que Artur, la figura en Arroyito, vio adelantado a Broun y liquidó la serie para avanzar a las semis de Sudamericana, dejando a su rival con las manos vacías, manos que buscará volver a llenar, al menos por el orgullo, en el clásico rosarino.