Por Fabrizio Turturici

Central se desmoronó en el renovado Monumental de Núñez durante la caída por 3 a 0 ante River, en un encuentro donde tuvo un correcto arranque a la hora de neutralizar y complicar al local en aisladas ocasiones, pero un gol de carambola y un penal dudoso lo sacaron del juego y nunca demostró recursos para revertirlo sino todo lo contrario.

El equipo del Kily González salió bien plantado a disputar el encuentro, firme en el bloque defensivo y con intenciones de manejar la pelota. Esto, sumado a la presión media-alta que por momentos ejercía en la zona de gestación millonaria, anulando al colombiano Carrascal y generando algunas ocasiones de sorpresa, le daban chances y vida de inicio.

Sin embargo con el correr de los minutos el Canalla fue bajando la intensidad y el rival, en contrapartida, creciendo a partir de su tradicional jugada de 2-1 sobre las bandas, complicando a los laterales cuando los carrileros no ayudaban en la marca. Y si bien no sufrió nunca problemas en el retroceso como el torneo pasado, sí lo hizo en la pelota parada.

El gol de rebote del colombiano Santos Borré abrió un partido cerrado e impreciso que no estaba para la ventaja de ninguno. Central sigue siendo Vecchio-dependiente y, cuando él desaparece deja a su equipo sin ideas futbolísticas; por lo que el mejor recurso ofensivo estuvo en la pelota parada, con los centros haciendo peligrar el arco de Armani.

En la segunda mitad cambiaron radicalmente las cosas, porque el elenco rosarino dejó venir demasiado al local y el Kily González no hizo los cambios a tiempo. En ese lapso llegaron el gol de penal de Montiel, tras mano dudosa de Laso en el área, y la expulsión del juvenil Mazzaco, motivo por el cual sacó a Martínez Dupuy para ponerlo a Blanco.

El gol de De La Cruz sirvió para redondear la goleada riverplatense y reivindicar el desmoronamiento auriazul, que intentó maquillar un poco la historia con las entradas de Sangiovani, Lo Celso y Ruben por Ojeda, Zabala y Gamba. Sin embargo, nada cambió el destino de una abrumadora supremacía de River en el complemento.

Vale destacar que no fue un mal partido desde lo táctico y estratégico para el Canalla, al menos desde los papeles, pero algunas actuaciones individuales no estuvieron a la altura de lo que el partido y el contrincante exigían, por lo que el Kily deberá rescatar lo -poco- positivo y dar vuelta de página en la tercera fecha contra Godoy Cruz en el Gigante.