La Conmebol le quitó a Lima la sede de la final única de la Copa Sudamericana de 2019 debido a «cuestiones organizativas» y se la otorgó a Asunción, informó este jueves el organismo del fútbol sudamericano.

«La determinación fue tomada tras un análisis entre los integrantes del Consejo de la Conmebol, teniendo en cuenta cuestiones organizativas que facilitarán el éxito de la final única de este torneo de clubes sudamericano», anunció en un comunicado la Conmebol, cuya sede se encuentra en la capital paraguaya.

La final de la Copa Sudamericana, al igual que la de la Copa Libertadores de América, se disputará desde este año a partido único por primera vez.

El duelo único definitorio de la Sudamericana se jugará el 9 de noviembre en el estadio Defensores de Chaco de Asunción.

La final de la Copa Libertadores mientras tanto se celebrará en el estadio Nacional de Santiago de Chile el 23 de noviembre próximo, también por primera vez a partido único desde que el torneo fue creado en 1960.

La Copa Sudamericana-2019 completó su primera fase el miércoles con la clasificación de Argentinos Juniors en Venezuela. El lunes próximo en Asunción se realizará el sorteo de la segunda fase, con los 22 clasificados de primera ronda, los ocho terceros de la fase de grupos de la Libertadores y los dos mejores perdedores de la tercera ronda previa de este torneo (Atlético Nacional de Medellín y Caracas FC).

Desde su creación en 2002, la final de la Copa Sudamericana se jugaba en régimen de ida y vuelta.

Nuevo golpe para el fútbol peruano

La decisión tomada este jueves por la Conmebol al sacarle la sede a Lima de la final de la Copa Sudamericana es un nuevo golpe para el fútbol peruano.

La FIFA ya le había quitado la sede del Mundial Sub-17 de este año el pasado 22 de febrero y se lo había otorgado a Brasil.

Además, el expresidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) Edwin Oviedo se encuentra en prisión preventiva desde el 8 de diciembre del año pasado, acusado por la Fiscalía de haber ordenado los homicidios de dos sindicalistas de una empresa controlada por él.

En su reemplazo la FPF quedó a cargo del vicepresidente Agustín Lozano, quien asumió el mismo 8 de diciembre sus funciones.

Según la denuncia de la Fiscalía, Oviedo ordenó dichos homicidios en represalia por las actividades de protesta que éstos organizaban contra el dirigente de la FPF cuando se desempeñaba al frente de la azucarera Tumán, en Chiclayo (norte de Perú).

En reiteradas ocasiones, Oviedo ha insistido en su inocencia en este caso.

Oviedo, quien dirigía la FPF desde enero de 2015, era además investigado por «cohecho» y «tráfico de influencias» en un caso de una red de corrupción integrada por prominentes jueces. La justicia rechazó dictar prisión contra él por este caso.