La sensación es rara. No mala, ni agria, ni molesta. Todo lo contrario: comenzar el camino en la Copa Davis con la Ensaladera bajo el brazo le imprime algo nuevo a este inicio: brinda una dosis de confianza, seguridad y, sobre todo, convicción. La Argentina de Orasnic está por encarar una defensa difícil, pero posible.

El traje de candidato no será fácil de lucir sin el que mejor lo sabe hacer: Juan Martín Del Potro. Precavido y preocupado por su físico (se lo debía tras un 2016 inolvidable, repleto de tensiones y emociones), el tandilense no se alejó y alimenta la unión de un equipo que deberá salir a batallar sin él.

La acción tendrá su comienzo esta mañana, cuando desde las 11, Guido Pella salte a la cancha del Parque Sarmiento, donde lo estará esperando Paolo Lorenzi. El italiano, que siempre prefirió desempeñarse en Challengers, tuvo una aceptable actuación en el último tiempo en el circuito y quiere ir por más nada menos que en la Copa Davis.

Fueron meses gloriosos para el tenis argentino. Sin recorrer el último semestre de Juan Martín Del Potro, que ya se ha visto y escuchado hasta el hartazgo (pero no por eso deja de ser impactante y admirable), se puede decir que la esperanza se renovó. Haber llegado a la meta, sufriendo de más y corriendo la serie desde atrás, generó un cambio y un sentimiento en la gente pocas veces antes visto. En otra dimensión, lo que hizo Roger Federer hace un puñado de días, reavivó la llama de un deporte que nunca deja de dar sorpresas.

El escenario es otro. El suelo es argentino y el polvo de ladrillo está listo para la batalla. El Parque Sarmiento se vestirá de celeste y blanco para recibir a sus héroes. Porque todos lo fueron. Los que estuvieron en Zagreb, pasando por los que derrotaron a Gran Bretaña, siguiendo por los que dejaron en el camino a Polonia, y llegando hasta los que se tuvieron que poner los pantalones y luchar por mantener la categoría cuando la cosa pintaba fea.

Pella, Berlocq, Mayer y Schwartzman. Esos son los apellidos que se las verán con el conjunto italiano. Los ausentes son los dos hombres que abrocharon los últimos dos puntos de la consagración en Zagreb. ¿Para preocuparse? Quizás sí. El equipo argentino no se encuentra ante el mejor escenario posible. ¿Se puede? Ya quedó demostrado…