Newell’s necesitaba pasar de ronda, y lo consiguió. En el análisis, el equipo rosarino todavía debe mejorar muchísimas cosas si quiere ser competitivo y salir del fondo de la Superliga, pero lo anímico también juega y luego de lo que había sido una dura derrota como local ante Atlético Tucumán, lograron remontar la situación frente al mismo rival en un cruce decisivo.

La mano de Omar De Felippe en el equipo se nota. A su llegada al club, lo primero que decidió trabajar fue el aspecto anímico, y en pocos encuentros la Lepra pasó de ser aquel equipo gris de Llop a uno más decidido y encarador. Ahora, con lo moral ya encaminado, el técnico se dispuso a trabajar sobre el orden táctico.

Si bien con el correr de los encuentros se percibe en la cancha cuál es la estrategia del DT, lo cierto es que Newell’s falla mucho a la hora de sacar a relucir la técnica individual de sus jugadores.

Esas limitaciones se traducen en jugadas directamente influyentes en el resultado. En el aspecto defensivo, lo que en otros partidos fueron goles regalados hoy se vio reflejado en una constante de faltas regaladas en el sector medio de la cancha, con las que Atlético Tucumán generó peligro una y otra vez (dato muy a tener en cuenta si el próximo rival es Rosario Central). Esos errores, sumados a desatenciones insólitas (como la de Iván Piris yendo a marcar a un jugador que ya había sido expulsado o Joel Amoroso sacando un lateral adentro de la cancha) pueden ser fatales.

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Por el otro lado, en el aspecto ofensivo se vio claramente reflejado en la cantidad de goles errados por la Lepra. De cabeza, con el pie, con la pantorrilla, de afuera del área, de adentro, desde el punto de penal; de mil maneras probó Newell’s y no pudo con Luchetti. El hecho de haber igualado sin goles, habiendo jugado con uno más durante gran parte del partido, es otra clara muestra de lo acontecido.

Como punto a resaltar se encuentran los cambios de De Felippe, aunque allí también queda sembrada la duda respecto del once inicial. Joaquín Torres, Héctor Fértoli y Lisandro Cabrera jugaron un gran partido y le cambiaron la cara totalmente a un equipo que no sabía cómo romper la barrera defensiva tucumana. Quizás son jugadores indicados para ingresar en los minutos finales, pero el DT sin dudas deberá apostar más por ellos.

El otro ítem destacable es el nivel de ejecuciones del rojinegro: cinco penales ejecutados, cinco convertidos, como así también el arquero Alan Aguerre, de sólida actuación, adivinó el lugar de tiro en todos los remates, alcanzando a desviar uno.

Serán semanas de mucho trabajo para la Lepra, pero con una sonrisa la cosa es distinta. Lo próximo será recuperarse en la Superliga y conseguir el primer triunfo en el torneo, mientras que a la distancia ya se avisoran los cuartos de final de la Copa Argentina, en donde enfrentará a Central o Almagro.